
El Decreto 436/2025 como pedagogía de la omisión: cuando el Estado transforma derechos en estorbos contables.
Miramar de Ansenuza condensa la resiliencia de un pueblo empeñado en ser un atractivo turístico contra los designios de la naturaleza. La joya peronista del norte cordobés, digna de una novela de realismo mágico latinoamericano.
Opiniones15/03/2025 Por Hernán Vaca NarvajaMiramar de Ansenuza es resiliencia, magia, historia, incomprensión, imposición de la naturaleza. Pueblo sufrido, inundado, sumergido, vapuleado, admirado, sus habitantes se empeñaron -se empeñan- en erigirse en un polo turístico. Nada queda del anhelo de los primeros inmigrantes, que cambiaron el arado por las bondades curativas del barro cordobés; poco de la bellísima leyenda que dice que la laguna se convirtió en mar por las incesantes lágrimas derramadas por la diosa del amor; poco de la indiferencia del terrorismo de Estado ante la mayor de las tres inundaciones que dejaron un tercio del pueblo bajo el agua.
Miramar de Ansenuza se yergue sobre los escombros de su historia como un paraíso mefistofélico que interpreta la idiosincrasia del cordobesismo, capaz de reinventarse una y otra vez y desafiar la utopía promoviendo las bondades del mar en una provincia mediterránea.
Miramar de Ansenuza es un nombre compuesto del que nadie sabe bien su origen. Del nada épico Mira-Mar que oficiaba de slogan de uno de los más de cien hoteles -¿el primero?- sepultados por la laguna al castizo Ansenuza de la leyenda originaria -la del guerrero que muere a los pies de la diosa homónima- o la discreta importación de la Madre Patria, que también tiene la suya.
Miramar de Ansenuza es la leyenda viva del esplendor del Hotel Viena, de sus ruinas indelebles, de la Casa de los Espíritus y los fantasmas del nazismo.
Miramar de Ansenuza son los bordes de los piletones que sobrevivieron a la demolición de la historia, de las sillas vacías del anfiteatro, de las palmeras decapitadas y los árboles petrificados.
Miramar de Ansenuza es la postal viva de decenas de miles de flamencos rosados, teros y otras aves que se empeñan en sobrevolar un mar sin peces.
Miramar de Ansenuza es el turismo familiar, las sombrillas en la arena impostada, las peatonales gastronómicas, los bañistas que pisan el barro y esquivan escombros, los niños con los ojos irritados por una salinidad que quintuplica a la del mar auténtico.
Miramar de Ansenuza es pueblo redivivo, agradecido a los gobiernos peronistas que se ocuparon, al aporte científico del Conicet -que puso coto a futuras inundaciones-, a la tercera, empeñosa y definitiva costanera. Y al fastuoso hotel lindero al casino que una notable escultura del ex gobernador José Manuel De la Sota contempla a prudente distancia.
Una postal -¿la más bella?- del experimento político del cordobesismo.
El Decreto 436/2025 como pedagogía de la omisión: cuando el Estado transforma derechos en estorbos contables.
La destrucción sistemática de la memoria es indispensable para construir una sociedad individualista e indiferente a la suerte colectiva. Los rencores particulares se elevan por sobre la racionalidad y la democracia pierde terreno contra la violencia verbal desbocada.
Una década entera. Diez años desde aquella media maratón en Rosario en donde la vida se terminó imponiendo ante la muerte. Y entre medio terminar asumiendo como en aquel viejo principio taoísta que donde va la atención, va la energía. Para poner la cabeza donde pisan los pies.
Si la lucha son todas las luchas, hay una necesaria continuidad entre niñez, jubilados y pueblos originarios. La democracia fetiche necesita hacer negacionismo de todo origen. La cultura represora, el Gobierno de Ocupación, las derechas no toleran conocer ningún origen porque necesitan indultar los destinos. Por eso somos parte del nuevo malón de la justicia y de la paz.
Un decreto habilita a la Policía Federal a requisas y detenciones sin permiso judicial y ante la sola presunción de un delito. En los mismos días los efectivos de esa fuerza recibieron un aumento salarial y se les otorgaron casas del plan Procrear ya adjudicadas. Crecen las normativas represivas en tiempos de incremento de la protesta.
El gobierno liberó la tenencia de armas semiautomáticas. Sólo las usan las fuerzas de seguridad. ¿Para qué necesita una sociedad con violencias emergentes armas costosas y con alto nivel de daño? ¿Para qué armas que deberían estar en cuarteles y destacamentos mudan a las casas? Sin dudas alimentarán a los monstruos. Engordarán a las violencias crecientes.
Un laboratorio plurilingüe fue puesto en marcha por la Asociación Bancaria para ofrecer cursos de idiomas a sus afiliados y sus familiares.
La destrucción sistemática de la memoria es indispensable para construir una sociedad individualista e indiferente a la suerte colectiva. Los rencores particulares se elevan por sobre la racionalidad y la democracia pierde terreno contra la violencia verbal desbocada.
La resolución fue emitida por un Juzgado de Familia, Niñez y Adolescencia de Corrientes tras un pedido de la adolescente de 14 años. Ella fue testigo de cómo su padre roció con alcohol a su madre y la asesinó.
Un delegado gremial de la empresa láctea santafesina aseguró que “prácticamente no queda nada, las máquinas y los trabajadores”. Este viernes hay audiencia en Trabajo. La firma pide 210 despidos.
El dirigente de Bases Federadas planteó la segmentación de las retenciones y no la eliminación. Sostuvo que la falta de políticas para el agro favorecen la concentración