
Hay un deja vu recargado. Ajuste laboral, despidos, cierre de fábricas y la reivindicación presidencial de tres vectores para la economía que no generan trabajo real. Horas cruciales para una reforma laboral que buscan colar en tiempos de desazón colectiva, con el aval de conniventes seriales. Dar sentido a la memoria histórica resulta crucial para la resistencia.








Una posibilidad es estructurar un programa de emprendimiento laboral para la fabricación de alimentos, donde se conforme un grupo de jóvenes mujeres que puedan acceder al crédito del Banco de la Gente de $ 700.000 del Ministerio de Desarrollo Social y Promoción del Empleo de la provincia.












