La coronación del Everest

Acercándonos a la lectura                                                                                 Por Mirta Barale

Es un libro decididamente espléndido.
Trata sobre la primera expedición que  escaló el monte Everest e hizo cumbre, hecho logrado por un grupo de ingleses en 1953. Entre los expedicionarios, se encontraba un periodista  - no era escalador-, del famoso diario británico The Times, empresa responsable  de parte del financiamiento de dicha hazaña. El corresponsal en cuestión fue James Morris, quien en 1972 se realizó una cirugía de reasignación de género, y se convirtió en la escritora Jan Morris (1926-2020). 
Morris escribió su experiencia en el Himalaya poco tiempo después, y el libro se publicó en 1958. Al conmemorarse los 50 años de este hito histórico, la autora lo reeditó, agregándole una «Introducción» y una «Despedida».
La preparación, el desarrollo del viaje y la expectante espera de la tan deseada noticia de que se había alcanzado la cumbre más alta de la famosa montaña, de 8839 metros, lo que se logra el 29 de mayo del 53, a las 11,30 de la mañana, llenan el texto.
Por este viaje entre el Nepal y el Tíbet, Morris nos pintará paisajes increíbles, nos hablará de derrubios, morrenas, piedemonte, glaciares, collados, la cascada de hielo del Everest, valles, ríos, monasterios budistas, riscos y peñascos, los yaks, los sherpas. Conoceremos lo que es vivir dos meses en el Campo Base, sobre el glaciar Khumbu, a más de 5000 metros, las sorpresivas nevadas, las sacudidas del glaciar por el deshielo y los derrumbes de hielo y piedra, el caminar durante horas, de un campamento a otro, por extensiones de hielo y nieve con crampones, piolets, cuerdas de escalada, en fin, un mundo apasionante, descripto y narrado con una técnica literaria simple pero que rezuma belleza, deslumbra y emociona.
Hay dos capítulos muy atractivos. La vida de los sherpas, el pueblo milenario que rodea y vive en los valles del Everest, uno de cuyos integrantes, Tenzing, junto con el inglés Hillary, fueron quienes coronaron la aventura, y la leyenda del yeti u hombre de las nieves, al que esta gente rústica y supersticiosa dice haber visto.
Entre los sucesos de la expedición, Morris tenía su propia y comprometida hazaña: informar al diario lo más rápido posible, y evitar que otros periodistas y medios le robasen la información. No olvidemos que en 1953 los adelantos tecnológicos de hoy no eran ni imaginados. Organizó todo un sistema de mensajeros, quienes corriendo o como podían, en siete, seis o cinco días hacían llegar la nota al lugar más cercano en donde se encontraba una radio, que reenviaba la noticia a la embajada británica. 
    Por esta perfecta organización, el 2 de junio de 1953, día en que se coronaba a la Reina Isabel II, y el pueblo estaba todo en la calle, esperando el paso de la soberana, corrió la noticia de la hazaña lograda en el Éverest, y Londres estalló en vítores y aplausos que llenaron la ciudad. 
Un libro imperdible. Si tienen la oportunidad de leerlo, no la dejen pasar. La verdadera aventura está en disfrutarlo.