
El Decreto 436/2025 como pedagogía de la omisión: cuando el Estado transforma derechos en estorbos contables.
Los niños cotizan en bolsa, como el oro, la plata, el agua o el petróleo. Son tratados como mercancías. Y los programas de protección de la niñez son cáscaras vacías y no están a la altura de las prioridades. La historia de Loan nos vuelve a sacudir como sociedad.
Opiniones27/06/2024 Por Liliana Murgas (*)(APe).- Nuevamente tenemos a un niño desaparecido. No hay rastros de su presencia. Se lo tragó la tierra. Como a Guadalupe, a Sofía, a Hernán, y a muchos más.
Somos un país que grita, buscando desaparecidos. Aciaga historia que nos persigue en la memoria. Pero hoy, esta historia nos vuelve a sacudir, pero de otro modo.
Hoy los niños cotizan en bolsa, como el oro, la plata, el agua, el petróleo, las cosechas y no sé cuántas cosas más y constatamos como los niños, niñas y adolescentes son tratados como “mercancías”. No estamos afuera: los adultos también somos “objeto” de la parafernalia capitalista que nos está deshumanizando. La vivimos, pero podemos enfrentarla, si lo decidimos.
Este aparato depredador que analiza la realidad en tono de inversión, demanda y oferta, y la valora según la ganancia que genere, ha osado poner las garras en el bien más preciado que tiene la humanidad: las infancias.
Y volvemos a mencionar la flagrante contradicción: el tránsito de los siglos XX y XXI que estamos viviendo nos convirtió en testigos de lo que se ha denominado “el Siglo de Oro” de los niños: cambio de paradigmas, de la situación irregular a la protección integral, de objeto de atención a sujeto de derechos, de la dependencia a la autonomía funcional, tratados internacionales, avances legislativos, instituciones, organismos, personal idóneo, etc.
Pero registramos que hay algo que quedó como un núcleo duro en ciertas subjetividades: el hecho de considerar que uno se puede apropiar del otro para su propio beneficio goce o satisfacción, y que no hay ley que pueda modificar esa oscura intención. No hay otredad que valga.
Pero lo que lo hace más oscuro y perverso es incluir en esa tenebrosa intención a los niñas y niños, que solo esperan de los adultos, protección y ternura, encontrándose con seres que negocian con sus cuerpos, sus vidas, su destino.
Niñas y niños captados para explotación con propósitos sexuales, para la venta a familias que pagan por tener un hijo o para el trabajo Infantil. Todas estas clasificaciones responden a una sola premisa: apropiarse del ser, del cuerpo, de la inocencia, de los sueños, del futuro, de un niño. Desgajado de su familia, de su entorno social y hasta territorial, de su cultura, de su historia. Es un acto de lesa violencia que se homologa a un suicidio en progresión cuando se daña a los propios pichones.
La indefensión propia de la edad, las múltiples vulnerabilidades a las que están expuestos los niños, niñas y adolescentes provocadas por diversas causas -que van desde sus propias familias hasta las condiciones personales, sociales y territoriales en las que están sumergidos- hacen de ellos, una presa codiciable a los ojos de los perversos que consideran a la inocencia un rasgo a ser arrebatado por diversión.
Nos cuesta aceptar como sociedad que una parte de ella abona esas crueldades. Desde los que captan, trasladan y entregan, los cómplices cercanos, los institucionales, hasta los que consumen el insumo fresco, lo exponen, lo retratan, lo difunden. Todo un circuito organizado y subterráneo a cambio de dinero. Y de mucho dinero.
Poco se investiga, de esto no se habla, y además se olvida. Hasta que un Loan nos lo recuerda.
La trata y explotación sexual infantil ha sido considerada uno de los tres negocios más rentables de la humanidad y está a la altura de la industria de las armas, el narcotráfico y la prostitución que la incluye.
Los programas de protección de la niñez son cáscaras vacías y hay pocas políticas públicas que la coloquen a la altura de las prioridades. Tristemente debilitados y en estas circunstancias comprobamos, una vez más, su fragilidad institucional.
(*) Desde Comodoro Rivadavia. Integrante del Foro Infancia Robada de Chubut.
El Decreto 436/2025 como pedagogía de la omisión: cuando el Estado transforma derechos en estorbos contables.
La destrucción sistemática de la memoria es indispensable para construir una sociedad individualista e indiferente a la suerte colectiva. Los rencores particulares se elevan por sobre la racionalidad y la democracia pierde terreno contra la violencia verbal desbocada.
Una década entera. Diez años desde aquella media maratón en Rosario en donde la vida se terminó imponiendo ante la muerte. Y entre medio terminar asumiendo como en aquel viejo principio taoísta que donde va la atención, va la energía. Para poner la cabeza donde pisan los pies.
Si la lucha son todas las luchas, hay una necesaria continuidad entre niñez, jubilados y pueblos originarios. La democracia fetiche necesita hacer negacionismo de todo origen. La cultura represora, el Gobierno de Ocupación, las derechas no toleran conocer ningún origen porque necesitan indultar los destinos. Por eso somos parte del nuevo malón de la justicia y de la paz.
Un decreto habilita a la Policía Federal a requisas y detenciones sin permiso judicial y ante la sola presunción de un delito. En los mismos días los efectivos de esa fuerza recibieron un aumento salarial y se les otorgaron casas del plan Procrear ya adjudicadas. Crecen las normativas represivas en tiempos de incremento de la protesta.
El gobierno liberó la tenencia de armas semiautomáticas. Sólo las usan las fuerzas de seguridad. ¿Para qué necesita una sociedad con violencias emergentes armas costosas y con alto nivel de daño? ¿Para qué armas que deberían estar en cuarteles y destacamentos mudan a las casas? Sin dudas alimentarán a los monstruos. Engordarán a las violencias crecientes.
Más de 60 niños y niñas están disfrutando de tardes llenas de diversión, aprendizaje y amistad.
La destrucción sistemática de la memoria es indispensable para construir una sociedad individualista e indiferente a la suerte colectiva. Los rencores particulares se elevan por sobre la racionalidad y la democracia pierde terreno contra la violencia verbal desbocada.
La resolución fue emitida por un Juzgado de Familia, Niñez y Adolescencia de Corrientes tras un pedido de la adolescente de 14 años. Ella fue testigo de cómo su padre roció con alcohol a su madre y la asesinó.
Un delegado gremial de la empresa láctea santafesina aseguró que “prácticamente no queda nada, las máquinas y los trabajadores”. Este viernes hay audiencia en Trabajo. La firma pide 210 despidos.
El dirigente de Bases Federadas planteó la segmentación de las retenciones y no la eliminación. Sostuvo que la falta de políticas para el agro favorecen la concentración