
Aunque cueste creerlo, el mercado de las tierras raras es en realidad muy poco significativo en términos económicos. Ese sector representó una cifra ridícula si se la compara con el mercado de la energía y hasta con el del café.




La violencia económica es una de las tantas formas de violencia que se ejerce contra las mujeres. La cuota alimentaria sigue siendo una zona brumosa donde los montos, los tiempos de pagos e incluso la efectivización de la misma se ve sujeta a la arbitrariedad de la justicia.
Opiniones13/12/2023 Eva Giberti
(Página 12) La problemática de la cuota alimentaria debe ser leída y entendida como la perpetuación de la organización familiar, que tiene como lineamiento histórico y figura estructural la conformación del macho como único proveedor. Figura que resiste, incluso, la propuesta innovadora de la modernidad, que intentó re-organizar la estructura familiar a través de la incorporación masiva de las mujeres al mundo del trabajo. Pues lo que presenciamos hoy, bajo nuevos tiempos y nuevas instituciones, es que son las mujeres quienes se encuentran a cargo de las tareas y responsabilidades, tanto económicas como afectivas, de los hijos, hijas y de los adultos mayores.
Las ausencias, presencias y responsabilidades de los hombres se manifiestan y cristalizan muchas veces a través de las tretas del lenguaje, así aparece la palabra “ayuda” cuando el varón aporta dinero para su hogar (del que puede formar parte o no), así como también cuando ejerce prácticas vinculadas a las tareas cotidianas. La palabra ayuda lo coloca en una posición cercana al héroe, cuando no es más que parte de sus responsabilidades como padre y como miembro adulto de una organización familiar. En estos casos la “ayuda” no es más que una tergiversación de la vida familiar, un salvoconducto a las prácticas cotidianas del varón.
En los casos de divorcio o separación, la cuota alimentaria tampoco es una manifestación de buena predisposición, sino que constituye una responsabilidad más de una persona que forma parte de la organización familiar, de modo que la cuota debe ser aportada no bajo gritos, bravatas y peleas sino como la materialización de la responsabilidad vinculada a la crianza de la criatura.
La expresión “cuota alimentaria” es una manera de distorsionar la responsabilidad de los hombres en las organizaciones familiares. Cuando se trata de una cuota alimentaria en un matrimonio, en un pareja que se ha separado, los intervinientes son los abogados; a partir de entonces la situación queda en manos de la justicia, y las mujeres que tienen que cobrar una cuota alimentaria --porque así lo ha dispuesto el juez-- deben recurrir habitualmente a quejas y reclamos porque el compañero que ya dejó de ser un compañero y es el padre de sus hijos, no cumple con esa cuota alimentaria y es preciso rogarle mensualmente que se haga responsable de lo que corresponde.
Por algún motivo hablar de cuota alimentaria es hablar de conflicto, que en realidad podemos sugerir se trata de una especie de “constipación económica” que padecen muchos hombres, porque cuando se trata de soltar lo que ellos creen que es propiedad no consiguen hacerlo con el ritmo y en la fecha correspondiente. Cuando alguien avanza con la expresión cuota alimentaria es porque detrás hay una mujer que ha tenido que acudir a la justicia para que el hombre con el que tuvo un hijo se haga cargo de pagar los gastos que le significan la crianza.
El varón necesita la presencia de una mujer que le ruega, le implora, se somete, se humilla, eso es lo que precisa el varón cuando se niega o se resiste a pagar lo debido en la cuota alimentaria. En realidad lo que precisa el varón es gozar con el sometimiento de la mujer, gozar con ver a esta mujer dependiendo del recurso, de los abogados, pasando malos ratos que son los que corresponden al hecho de tener que rogar, solicitar de manera humillante todos los meses que se le pague lo que se tiene que pagar. Esta es una característica que nos permitiría hacer un estudio muy significativo de las modalidades masculinas, aunque no es el caso en este momento, en el cual señalamos la sensación de omnipotencia, de poder, que siente ese varón que necesita sentir que alguien está bajo sus pies. Bajo su estricta dependencia.
Este tema daría para muchas horas de comentarios, sobre todo de explicitaciones psicológicas acerca de movimientos entre los hombres y las mujeres cuando han tenido hijos, cuando se han amado como para conformar una familia y esto se ha terminado- porque lo que hay detrás de la dificultad de la cuota alimentaria es la negativa del varón a dar una parte de sí, la que corresponde a su esfuerzo en el trabajo, ya que esa mujer no le merece los afectos, no le merece los sentimientos que en otro momento tuvo, y en consecuencia como la relación se terminó... también se terminó el dinero.
Y aquí nuevamente emerge una cuestión fundamental, que es transversal a todo lo vinculado con las violencias de género, y tiene que ver con la educación. Es menester, para corregir este tipo de prácticas y conductas, que los varones sean educados e informados acerca de sus deberes y responsabilidades, tanto económicas, como afectivas para con su familia.
La educación con perspectiva de género es un eje fundamental para comenzar a modificar prácticas que tienen sus orígenes en la cultura patriarcal, que instaló que el varón dispone de su dinero para necesidades, consumos y distracciones propias, desatendiendo las responsabilidades asumidas cuando se conforma una familia. La organización familiar así como las responsabilidades de los adultos que decidieron conformarla persisten a pesar de abandonar prácticas convencionales o amorosas.

Aunque cueste creerlo, el mercado de las tierras raras es en realidad muy poco significativo en términos económicos. Ese sector representó una cifra ridícula si se la compara con el mercado de la energía y hasta con el del café.

La elección legislativa que ganó de manera contundente Javier Milei se presta para muchos análisis. Algunos pueden ser más profundos: interrogantes sobre si la sociedad argentina se ha transformado en su composición y valores de un modo que todavía no se alcanza a dimensionar. Es posible.

No se puede confiar en las cumbres que no cumplen. No serán los ricos que hablan de transicionar sino los pueblos quienes tomen las decisiones. Cinco siglos atrás no había transiciones, hoy son excusa para la continuidad del despojo y el saqueo. Sólo buscan nuestros bienes comunes para sostener sus ganancias, a costa de tanta vida.

Javier Milei no ganó solo una elección, ganó una narrativa. Su triunfo fue el desenlace de una larga decadencia política, económica y moral. Argentina no votó por un programa, votó por un grito.

El país como un páramo vacío de almas. Los conquistadores vuelven al desierto a quedarse con las entrañas de la tierra. Quedó en claro que las urnas no son herramientas de transformación sino de fraude emocional. Ahora el país, el que habitarán nuestros niños, es una zona de sacrificio en manos del prostituyente que la compra.

Con la excusa de las buenas prácticas, Diputados y el agronegocio están elaborando una ley que prevé una distancia de 10 metros para fumigaciones terrestres y 45 para aéreas. Los mismos que obtienen los beneficios los regulan. Las poblaciones fumigadas fueron ignoradas.



La Municipalidad de Morteros acompañó la inauguración de nuevos baños y vestuarios femeninos y de la sala de control de Operaciones de Emergencias, una obra largamente anhelada por la institución.

La Biblioteca Popular «Cultura y Progreso» realiza un taller sobre árboles y concretó un taller de fotografias

Una nutrida agenda de actividades tiene lugar durante el mes de noviembre en Vignaud

La mujer está desaparecida desde abril de 2002. A casi 24 años de la desaparición de Marita Verón, su nombre volvió a ocupar la agenda pública luego de que su madre, Susana Trimarco, revelara haber recibido una nueva pista sobre su posible paradero.

La primera noche de espectáculos de la fiesta de la tierra y tradición fueron suspendidos. Las actividades iniciarán mañana desde el medio día

