Las conductas adictivas no distinguen por género

En esa línea, Michelini expresa: «Desmitificando los comportamientos potencialmente adictivos, no hay grandes diferencias por género en los fenómenos. Lo que pasa es que tradicionalmente se estudiaban en población adulta, en la que solía haber mayor diagnóstico de trastornos por abuso de alcohol en varones que en mujeres -porque estas no accedían de igual forma al diagnóstico y tratamiento-. Los cambios sociales de los últimos tiempos han permitido visibilizar la prevalencia de conductas adictivas en mujeres. En la población joven con la que trabajamos, las diferencias por género que en algún momento pudieron observarse se han ido disipando».
Esto implica que los programas de tratamiento deberían cubrir todo el espectro de la población, procurando ofrecer mayor accesibilidad a las personas bajo condiciones de vulnerabilidad. «Distintos estudios, entre ellos uno en el que participamos recientemente, muestra que las personas que presentan menores tasas de asistencia a tratamiento son principalmente mujeres, con mayor número de hijos/as y sin empleo. Estas mujeres podrían beneficiarse de programas de tratamiento integrados y terapias motivacionales individualizadas de asistencia al tratamiento», proponen ambas especialistas.