
No se puede confiar en las cumbres que no cumplen. No serán los ricos que hablan de transicionar sino los pueblos quienes tomen las decisiones. Cinco siglos atrás no había transiciones, hoy son excusa para la continuidad del despojo y el saqueo. Sólo buscan nuestros bienes comunes para sostener sus ganancias, a costa de tanta vida.








En varias oportunidades en estas páginas dijimos que San Guillermo es el depósito de enfriamiento de la cocaína para luego ser transportada hacia distintos centros, algo que fue rubricado por la Justicia Federal al descubrir que, uno de los líderes de las bandas rosarinas, «Delfin» Sacaria utilizaba el cementerio municipal para esas operaciones. No es la única banda que realiza ese tipo de operaciones en San Guillermo, pero llamativamente nadie se cuelga la medalla como lo hacen con los perejiles del sistema. ¿Cuál es la causa por la que la policía, la Guardia Urbana y las cámaras de seguridad nunca ven nada? ¿Cuál es la razón del unánime silencio por parte de los distintos actores de la ciudad? ¿No es ese silencio, complicidad, como mínimo por omisión de responsabilidad funcional?











