
“Es Genocidio” concluyó la ONU hace una semana. Una palabra que, enunciada, debería haber cambiado el curso de la historia. Un concepto demorado, ralentizado con la voluntad ominosa de la diplomacia internacional que atiende solamente cuando se trata de los derechos y los delitos de ciertos pueblos y criminales. “Palestina Libre” sigue insistiendo la solidaridad de los pueblos en lucha por su liberación.