Cuesta buscar imágenes de represión similares en democracia como las sufridas y vividas entre el 16 y el 17 de octubre en la provincia conducida por Maximiliano Pullaro. Maestros militantes esposados como narcos. Y en marzo, presos al estilo Bukele como advertencia.
Haití y la hipocresía de las potencias
El drama permanente que sufren los hatianos porque siempre les llegan las fuerzas armadas extranjeras para supuestamente ayudar a combatir consecuencias sociales de procesos económicos feroces que son producto de las mismas potencias que dicen ser solidarias con el dolor humano. Habrá que empezar a pedir que no los ayuden más.
Opiniones23/06/2024 Carlos del Frade(APe).- El 1º de enero de 1804, se declaraba la independencia de Haití.
Desde entonces hasta el presente, es la geografía que sintetiza la hipocresía de las naciones dominantes en los últimos tres siglos.
Castigada por aquella revolución profunda e imperdonable, cada tanto las imágenes de los noticieros muestran hambrunas, catástrofes y crueldades difíciles de mensurar.
Y siempre Haití parece ser el punto del planisferio más ayudado por los diferentes países del mundo.
Habrá que empezar a sostener que no ayuden más a Haití.
Pero también es bueno ver ese drama permanente que sufren los hatianos porque siempre vienen fuerzas armadas extranjeras para supuestamente ayudar a combatir consecuencias sociales de procesos económicos feroces que son producto de las mismas potencias que dicen ser solidarias con el dolor humano.
“Acosado por el terror de las pandillas, Haití espera una fuerza internacional”, sostenían las agencias internacionales de noticias a fines de mayo de 2024.
Es necesario repetir una constante histórica de los últimos cincuenta años: Haití es el país que más “ayuda” recibió de las Naciones Unidas y sus países miembros.
Sin embargo su realidad, consecuencia del desgarro impuesto desde afuera, genera esta postal: “Estrangulado por las pandillas, Hatití sigue esperando la llegada de un primer contingente de la fuerza multinacional liderada por Kenia, prevista para esta semana pero que fue pospuesta… La misión, apoyada por la ONU y en la que Washington está muy implicado a nivel logístico -sin aportar hombres- consistirá en apoyar a la policía haitiana en la lucha contra las bandas que aterrorizan a la población y controlan en gran medida la capital, Puerto Príncipe”, apuntaban los cables informativos.
La historia de Haití, a la que siempre es necesario volver, tenía hacia 1789, una población de medio millón de personas. Cada año los franceses traían hasta cuarenta mil esclavos a la isla que eran explotados a favor de 32 mil europeos, dueños de casi todo.
“La agitación comenzó en 1790. Sus iniciadores no fueron los más oprimidos, sino un grupo de “gente de color” residente en Francia que creó la “Sociedad de Amigos de los Negros”, entre cuyos miembros estaban también algunos franceses, como el alcalde de París y amigo de Francisco de Miranda, Jerôme Pétion. Este grupo logró que la Asamblea reconociese formalmente a los mulatos como ciudadanos franceses (no así a los esclavos); pero cuando el dirigente de la Sociedad, Vincent Ogé, intentó que las autoridades coloniales de Saint-Domingue cumpliesen la norma igualitaria, encontró el más firme rechazo. Ogé inició un levantamiento armado, pero la “gente de color” se negó a incluir en él a los esclavos, lo que provocó su derrota. Ogé fue ejecutado en 1791. Para entonces, la prédica igualitaria de la Revolución Francesa en Haití había quedado en manos de quienes tenían el mayor interés en terminar con el Antiguo Régimen, que en la isla era sinónimo de esclavitud. Un autor afrocaribeño de habla inglesa, Cyril James, los bautizaría “los jacobinos negros”.
El 22 de agosto de 1791, mientras en París el rey Luis XVI estaba “recluido luego de su intento de fuga hacia Alemania, en el norte de Haití los esclavos se cansaron de los argumentos “ilustrados” que aseguraban que, por ser negros no estaban preparados para ser ciudadanos libres e iguales. Ese día Dutty Boukman, Jean François y Georges Biassou iniciaron, no una “revuelta”, sino una revolución que rápidamente se extendió al resto de la colonia francesa”, cuenta Felipe Pigna.
En 1802 Napoleón envió a cuarenta mil hombres por el general Charles Lecrerc que aplicó distintas formas de torturas y asesinatos que luego enseñaría a militares de América del Sur a partir de la década del cincuenta del siglo veinte.
Donatien de Vimeur, vizconde de Rochambeau, generó una feroz represión que produjo miles de ahorcados, ahogados o quemados vivos. Los prisioneros eran arrojados vivos a los calderos hirvientes de refinación de la melaza o enterrados hasta medio cuerpo en hormigueros.
“Las fuerzas reorganizadas bajo el mando de Dessalines, finalmente, se impusieron en la batalla de Vétyè (Vertières en francés), cuya fecha merece recordarse: 18 de noviembre de 1803. El ejército de ocupación napoleónico fue destrozado y el sanguinario Rochambeau debió capitular. Por años se hablaría en América de “la carnicería de Santo Domingo”, para referirse a los 3.500 franceses ejecutados entonces, no a los casi 30.000 haitianos asesinados por los colonialistas”, agrega Pigna.
A 220 años de la independencia haitiana, gracias a las ayudas de los países civilizados, la crueldad impuesta en la vida cotidiana es una notable pedagogía de la hipocresía de las grandes potencias.
El experimento “libertario” en nuestro país está imponiendo un modelo de acumulación económica y política que requiere de represión, silenciamiento y autoritarismo. Y bajo el falso eslogan de “viva la libertad ¡carajo!” se perpetra un doble saqueo: de lo público como lugar colectivo y de los bienes públicos para convertirlos en objeto de la apropiación privada en aras de la codicia.
En pocos meses se redujo la inversión a la educación pública en un 40 por ciento. Tiempo en el que, entre ajustes, amenazas, insultos, se está destruyendo la Universidad y la Ciencia. Déficit cero como excusa berreta para demoler lo más preciado y sostener las bases de la concentración económica.
Osvaldo rescató la verdad histórica. Los pobladores rescatan la memoria. Nos falta la justicia, dice su hijo. En Caleta Olivia comienza el juicio por la verdad por la masacre de los obreros rurales fusilados por el Ejército en la Patagonia rebelde. Detrás, Osvaldo Bayer. Demostrando, una vez más, su presencia. Y que la memoria siempre hace esquina con la esperanza.
Milei es “hijo” del caos y, paradójicamente, en muy pocos meses, ha pasado a ser el “padre” del nuevo orden de la política argentina.
En Argentina, el viento sopla distinto. Lleva consigo el polvo de sueños que ya no son más que ceniza. Ya no es el mismo viento. Sople del norte o del sur, cada ráfaga carga con el peso de promesas perdidas. Es un viento que cruza fronteras, que atraviesa distancias, pero que ya no acaricia; hiere.
Dos muertos en un incendio de un hotel donde se alojaba un morterense
Un morterense se alojaba en un hotel de Eduardo Castex, La Pampa en la que falleció una pareja de Río Gallegos cuando se produjo un incendio por el desperfecto de un aire acondicionado. El morterense se despertó cuando sonó el despertador para levantarse para ir a la carrera de Turismo Carretera en Toay
La Secretaria de Niñez Adolescencia y Familia del gobierno de la provincia es el organismo encargado de garantizar el sistema de protección integral de niños, niñas y adolescentes tuvo intervención desde el año pasado disponiendo que tres de los hijos de Rocío Milagros Rausch fueron recibidos por familias de acogimiento por no estar ella en condiciones de cuidarlos y el padre se encontraba en prisión.
Llaryora lanzó una nueva edición del Programa Primer Paso
Creará 15 mil oportunidades de empleo para jóvenes de 16 a 25 años. Las inscripciones ya están abiertas y se extenderán hasta el próximo 16 de diciembre «Para nosotros gobernar es generar trabajo, pese a las dificultades económicas del país, Córdoba no se corre de la huella y sigue generando programas de desarrollo«, afirmó el gobernador.
Edición miércoles 13 de noviembre de 2024
El Sanatorio Allende obtiene la acreditación internacional en calidad y seguridad en sus dos sedes: Un hito histórico en sus 87 años de trayectoria.
El Sanatorio Allende celebra un logro sin precedentes: la obtención de la acreditación de la Joint Commission International (JCI), un reconocimiento que lo posiciona en un nivel superior de calidad y seguridad en la atención de la salud. Esta acreditación representa el mayor hito en la historia de la institución y refleja el esfuerzo conjunto de toda la organización por alcanzar estándares internacionales.