Están llegando los falaropos a la costa de Mar Chiquita

Los movimientos de los falaropos están asociados con el momento de mayor abundancia de invertebrados que les sirven de alimentos, pero esa fascinante sincronización en los ritmos de la vida de esas aves está siendo alterada por los efectos del cambio climático.
El aumento de las temperaturas promedio del planeta genera sutiles pero preocupantes desequilibrios en las aves migratorias.
Marcela Castellino, bióloga integrante de la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras, explicó: «Todo está conectado. Por un lado, hay una mayor extracción de ríos que son tributarios de las lagunas donde habitan las aves como los falaropos. Pero también hay un aumento de las temperaturas que incrementa la evaporación. Llueve menos, más sequía. Al bajar el nivel del agua, aumenta la salinidad y se afecta a las poblaciones de invertebrados, que sirve de alimentos a las aves».
Las aves aportan múltiples beneficios a los seres humanos: conectan al mundo, dispersan semillas, polinizan, controlan plagas, entre otros servicios como parte de los ecosistemas.