
Tres chicas muy jóvenes. Usadas y arrojadas al abismo. Como si fueran la nada misma. Como las víctimas de un sistema que las convierte en intercambiables. Para que se hundan en el olvido. Brenda, Morena, Lara. De 15 y 20 años. Juntas quizás en ese último atisbo de crueldad que las asoló.