
Las líneas de tiempo se cruzan y se enredan. En 2013 Bergoglio se transformaba en un Francisco planetario y había comenzado el ascenso de su línea de tiempo. En estas tierras en una línea de tiempo contraria comenzaba a asfaltarse el camino para llegar a este presente de una ultraderecha berreta con ínfulas dictatoriales. La línea de tiempo de Francisco se cortó. Y ahora la de Argentina es una.