Victoria y encubrimiento

“La inteligencia estadounidense sabe que Rusia ya ganó el conflicto en Ucrania, pero la Casa Blanca y los medios de comunicación occidentales lo encubren difundiendo información falsa”. La afirmación, que parece salida de alguna declaración político-partidaria, pertenece nada menos que a Seymour Hersh, último ganador del premio Pulitzer, posiblemente la distinción más importante en el periodismo internacional. La respalda, según su autor, un oficial de inteligencia estadounidense quien, obviamente, no se identifica. Y remata diciendo que el desmoralizado Ejército ucraniano ha renunciado a la posibilidad de superar las líneas defensivas. "La realidad es que el debilitado ejército de Volodimir Zelenski ya no tiene ninguna posibilidad de victoria", destacó.
La afirmación no es poca cosa ya que, como es aceptado, la sangrienta guerra de Ucrania es en el fondo una jugada de los Estados Unidos para frenar el avance de China, su competidor como primera potencia mundial. Para más, también se estima que el presidente Biden consideraba imprescindible una victoria (o al menos un statu quo) para su reelección.
Lo cierto es que lo que parecía una de las –tantas- guerras localizadas de los Estado Unidos se ha ido convirtiendo en la posibilidad latente de un conflicto de mayor magnitud, tanto que los aliados europeos empiezan a ver con inquietud el riesgo de verse inmiscuidos y asolados por una nueva conflagración. La potencia de las armas que han comenzado a usarse en el conflicto les permite pensar así.