
El cambio climático en el 2025 se caracteriza por temperaturas récord y la intensificación de fenómenos extremos, aunque las predicciones para el período 2025-2029 indican que las temperaturas podrían ser más altas




La Iglesia advierte que la violencia vinculada a la droga se enraíza en la pobreza estructural, la falta de oportunidades y la ausencia del Estado.
Opiniones01/10/2025 Por Sergio Rubin
El truculento crimen de tres chicas en el gran Buenos Aires causó una gran conmoción y una catarata de análisis en los medios de comunicación sobre el avance del narcotráfico en el país y su aspecto más cruel. Pero la Iglesia católica salió a pedir a través de una sucesión de comunicados que no sólo se lo considere como un delito, sino como la consecuencia de un grave problema social con múltiples causas.
Dicho de otra manera: los obispos reclamaron que, además de que se ponga un mayor empeño en una represión más eficaz del tráfico ilegal de estupefacientes y el accionar de sus bandas, se atiendan las carencias de todo tipo en medio de una extendida pobreza y ausencia del Estado en todas sus facetas, que generan las condiciones propicias para la expansión de la droga y sus mafias.
El obispo de la diócesis de San Justo, partido de La Matanza -donde vivían las víctimas-, monseñor Eduardo García, considera que el deterioro de la situación social sumado al “corrimiento o retiro” del Estado en las barriadas populares en las últimas décadas provocó “un cóctel explosivo”. A lo que suma la connivencia de sectores policiales, políticos y judiciales con los narcos.
“¿Y qué debe hacer concretamente el Estado? García dice que debe avanzar en la urbanización de los barrios populares, con la construcción de viviendas. Pero también en la creación de los servicios que se necesitan para poder vivir con dignidad, como una escuela, una sala de primeros auxilios o un hospital”.
En ese contexto, considera que el triple crimen es “la punta del iceberg de un proceso de desintegración social” que la Iglesia católica viene advirtiendo desde la crisis de 2000, sin que encuentre eco en las sucesivas autoridades en todos los niveles. Lo que llevó al propio papa Francisco a advertir sobre el riesgo de que esto desemboque en una “mexicanización” del país.
¿Y qué debe hacer concretamente el Estado? García dice que debe avanzar en la urbanización de los barrios populares, con la construcción de viviendas. Pero también en la creación de los servicios que se necesitan para poder vivir con dignidad, como una escuela, una sala de primeros auxilios o un hospital.
“Si no hay escuelas cercanas, los chicos crecen en la calle”, afirma. “Si el padre tiene que salir a hacer changas, si la madre trabaja en una casa con cama adentro, esos chicos no tienen quien los acompañe”, señala. “Sabemos que la calle es el peor ámbito que puede haber para que crezca un chico”, advierte.
En ese sentido, dice que la calle “crea una necesidad afectiva, económica, una necesidad de que alguien le cubra las espaldas en un ambiente muy hostil y esa contención tiene un costo muy alto. Porque -precisa- si bien la mayoría de los chicos ingresan al narcotráfico por una adicción, empiezan por una necesidad”.
García cuenta que la Iglesia brinda principalmente dos respuestas ante el desafiante flagelo de las drogas. “Frente a aquellos que cayeron en la adicción en las villas y barrios populares, sean jóvenes o adultos, tenemos los centros de recuperación que llamamos los Hogares de Cristo repartidos en todo el país”, señala.
“Paralelamente -agrega- tratamos de rearmar el tejido social que está tan desarticulado avanzando en lo que denominamos las tres “C”: el colegio, el club y la capilla, que se contraponen a las otras tres “C”: la calle, donde los jóvenes se inician en la droga y la delincuencia; la cárcel, donde empeoran; y el cementerio, donde terminan”.
Admite que en estas acciones los curas de las villas y barrios populares sufren amenazas, aunque muy pocas. “Pero enfrentan trabas -indica- ante obras de desarrollo que impulsan o la destrucción de una de sus escuelas o el robo de equipamiento. O escollos burocráticos para obtener el subsidio para sus colegios gratuitos”.
No culpa a un gobierno en particular por las deficiencias del Estado. “Hay cosas que dependen del gobierno municipal, otras del provincial y otras del nacional; el abandono siempre fue en todos los niveles”, afirma. Y lamenta que “muchos de los planes que existieron en los últimos años para asistir ante las situaciones de vulnerabilidad de nuestra gente fueron eliminados o recortados”.
“Paralelamente -agrega- tratamos de rearmar el tejido social que está tan desarticulado avanzando en lo que denominamos las tres “C”: el colegio, el club y la capilla, que se contraponen a las otras tres “C”: la calle, donde los jóvenes se inician en la droga y la delincuencia; la cárcel, donde empeoran; y el cementerio, donde terminan”.
Por caso, menciona las subvenciones para la atención de los adictos en recuperación y las obras del Fondo de Integración Socio Urbana. Pero subraya que no se trata solo de una cuestión presupuestaria. “No vi ninguna plataforma partidaria en estos tiempos de elecciones con una propuesta concreta asumiendo el narcotráfico como problema de emergencia nacional”, lamenta.
Es que García considera que ya no puede hablarse de que el narcotráfico está avanzando en el país, sino que se instaló. “No es que está llegando y vamos a ver cómo lo atajamos, sino que se instaló”, dice. “Entonces, hay que generar otras oportunidades para que el narcotráfico y la plata fácil no sea la única opción de la gente para vivir o sobrevivir”, asevera.
Admite que todo se complica ante la connivencia de integrantes del Estado y la existencia de zonas liberadas. “No podría dar nombres, pero hay algo muy claro: nada pasa sin que no se sepa”, dice. “La policía, el poder judicial, todos los organismos deben saber más que nosotros porque, si los vecinos saben y tienen miedo de denunciar, creo que es por algo”, razona.
En definitiva, García cree que el caso de las tres chicas asesinadas “es como la punta del iceberg de un fenómeno de desintegración social, de marginalidad que es muy complejo, diría multicausal, que requiere una respuesta que va más allá de lo represivo, ciertamente necesario para que la gente pueda salir a la calle. ¿Pero qué ganamos solamente con la represión?”.
“¿Qué ganamos -sigue interrogando- con un adolescente metiéndolo preso?: que salga en unos años siendo un delincuente peor de los que entró. Cuando no se ejerce una prevención que reeduque la conciencia del joven, que le permita descubrir el valor de su vida, construir un proyecto de vida -destaca-, no estamos dando una respuesta de fondo. Podemos reprimir, pero si no atendemos las causas principales no sirve”.
En ese sentido, insiste: “Si no hay contención, si no hay proyecto, si no hay posibilidades de educación, si no hay valores para poder discernir qué es lo que está bien y qué es lo que está mal, se trata entonces de sobrevivir como se puede con los instrumentos que se tienen y con los valores que se fueron aprendiendo”.
No obstante, García cree que se le puede ganar al flagelo de las drogas, pero “a largo plazo con políticas serias y un compromiso de toda la sociedad comenzando por combatir las situaciones de vulnerabilidad social. No se trata -aclara- de drogas sí, drogas no. Imputabilidad si, imputabilidad no. Es más profundo el tema”.
“Hay una generación que se está estropeando. Si no asumimos el narcotráfico como una realidad que se instaló y tomamos conciencia de una respuesta integral, nos asombraremos durante unos días por nuevas muertes sanguinarias y luego ante un divorcio en la farándula nos olvidaremos”, concluye.
(*) Esta columna de Opinión de Sergio Rubin fue publicada originalmente en el portal de TN.

El cambio climático en el 2025 se caracteriza por temperaturas récord y la intensificación de fenómenos extremos, aunque las predicciones para el período 2025-2029 indican que las temperaturas podrían ser más altas

El presupuesto total de gastos para el año 2026 de la provincia de Santa Fe es de 14 billones 125.704 millones 195 mil pesos, una cifra de catorce números, aproximadamente 14 mil millones de dólares.

Aunque cueste creerlo, el mercado de las tierras raras es en realidad muy poco significativo en términos económicos. Ese sector representó una cifra ridícula si se la compara con el mercado de la energía y hasta con el del café.

La elección legislativa que ganó de manera contundente Javier Milei se presta para muchos análisis. Algunos pueden ser más profundos: interrogantes sobre si la sociedad argentina se ha transformado en su composición y valores de un modo que todavía no se alcanza a dimensionar. Es posible.

No se puede confiar en las cumbres que no cumplen. No serán los ricos que hablan de transicionar sino los pueblos quienes tomen las decisiones. Cinco siglos atrás no había transiciones, hoy son excusa para la continuidad del despojo y el saqueo. Sólo buscan nuestros bienes comunes para sostener sus ganancias, a costa de tanta vida.

Javier Milei no ganó solo una elección, ganó una narrativa. Su triunfo fue el desenlace de una larga decadencia política, económica y moral. Argentina no votó por un programa, votó por un grito.

Llevaba 10 años vacío. A partir de ahora estará disponible para su venta o reasignación

Los cyclekart sorprendieron al rodar en un circuito preparado en el marco del 9° Encuentro de Clásicos y Antiguos realizado en Plaza Andrés Gorchs de Porteña

El chofer de una ambulancia de una empresa privada de Añatuya quedó detenido con droga en un control sobre la Ruta 34

El intendente Sebastián Demarchi de Morteros dio apertura al cronograma de festivales de la Región Ansenuza, con la 2° Edición de la Fiesta de la Tierra y la Tradición

La cuarta edición de la noche de los museos organiza el Museo «Reconstruyendo el Pasado» en el marco del 35 aniversario de su creación

