
El sistema jubilatorio no está quebrado ni es inviable, sucede que desde hace décadas los distintos gobiernos burgueses lo vienen desfinanciando, por ideología propia, para financiar sus propias necesidades o por receta del FMI, asegurando así las ganancias de bancos y multinacionales además de utilizarla para financiar la fuga de capitales y la timba financiera.