En el actual contexto ¿Cómo nos habita el 8M?

Conocerlos y reflexionar también en torno a la posteridad y hasta nuestro presente, nos permite tener una mayor integridad de las implicancias y del diálogo con los contextos sociales, políticos e históricos.
Hace 50 años la ONU designó el 8 de marzo como el «Día Internacional de la Mujer».
¿Qué pasó antes, durante y después? ¿Qué contexto lo atraviesa hoy?
Esta nota propone reconstruir los principales hitos y debates.

¿Qué sabemos del 8 de Marzo?

Proponemos pensarlo desde una perspectiva socio histórica, realizando un recorrido por una serie de hechos sucedidos en distintas partes del mundo con anterioridad a la sanción de la efeméride, pero también nos interesa pensar para qué nos sirvió en otros momentos de la historia y ¿para qué nos sirve hoy revisar la existencia de esta fecha?
Nos interpela pensar cómo nos habita el 8M a la luz de diferentes contextos.

Contexto histórico internacional

Entre los años 1908 y 1910 en Nueva York y Chicago se llevaron adelante huelgas y movilizaciones por parte de mujeres trabajadoras mayormente en fábricas textiles. Así en solidaridad con estas manifestaciones, el Partido Socialista de Estados Unidos declara el 28 de marzo de 1909 el «Día Nacional de la Mujer».
Encabezada por mujeres, en noviembre de 1909 se desarrolló en Nueva York la «Huelga de invierno» con el objetivo de luchar por sus derechos laborales. Los reclamos se planteaban por un lado a sus patrones y, por el otro, al gobierno federal. A los primeros se les demandaba: mejoras salariales, reducción de la jornada laboral a 8hs., descanso dominical y fin de la explotación de niñxs. Al segundo: control de las condiciones de higiene y seguridad, salidas de emergencia y elementos para combatir el fuego.
Los logros que se alcanzaron luego de la huelga fueron únicamente convenios favorables a trabajadoras de 300 de las 500 fábricas textiles de Nueva York. El gobierno desoyó todos los reclamos. En 1910 se realiza la Segunda Conferencia de Mujeres Socialistas en Copenhague. Allí se presenta la moción de celebrar el 8 de marzo en todo el mundo como el «Día Internacional de la Mujer Trabajadora» en conmemoración a las mujeres caídas en las huelgas del año 1908.
El 25 de marzo de 1911, a pocos días de la primera celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, se produjo un incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist en Nueva York dejando un saldo de 146 personas muertas, en su mayoría mujeres.
En 1972 se crea el Comité del Salario para el Trabajo Doméstico de Nueva York, reunidas en Padua, Italia, varias mujeres de diferentes países crearon la organización «Colectivo Feminista Internacional» con la finalidad de llevar adelante una campaña para el salario por el trabajo doméstico, buscando reapropiarse de la riqueza producida por las mujeres en lugar de pedir un salario a cambio de más trabajo.
En 1975 la ONU designó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer.

Argentina luego de la vuelta a la democracia

El Movimiento Feminista Argentino instaló como tema prioritario el problema de la desigualdad y la violencia contra las mujeres. El 8 de marzo de 1984 se plantearon en la exposición del documento presentado las siguientes consignas: Ratificación del Convenio ONU sobre eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres, igualdad de los hijos ante la ley, modificación del régimen de Patria Potestad, cumplimiento de la ley «igual salario por igual trabajo», reglamentación de la ley de Guarderías Infantiles, modificación de la ley de Jubilación para amas de casa y creación de la Secretaría de la Mujer.

8M: Paro Internacional de Mujeres

En octubre del 2016 se realiza un paro nacional de mujeres en Argentina que por primera vez reclama por el cese de los femicidios y la violencia de género. Ese mismo mes en Polonia, se organizan tambien 2 paros de mujeres para frenar la avanzada conservadora sobre derechos adquiridos; en particular respecto al derecho al aborto.
Estos hechos son antecedente del primer paro internacional de mujeres conocido como 8M que se realizó en 2017. Contó con la participación de 57 países con marcada presencia latinoamericana.
El proceso de gestación y coordinación de las acciones tendientes al #8M, se realizó en gran medida desde plataformas digitales y la propuesta central a nivel internacional consistió en convocar a las mujeres a un cese de actividades, tanto en los puestos de trabajo remunerados como en las múltiples labores de cuidado y servicios, de modo tal que evidenciara las contribuciones a la gestión de la vida, tradicionalmente denominadas «trabajo no remunerado».

Algunas reflexiones

Como hemos observado, los derechos a los que actualmente tienen acceso mujeres y disidencias fueron consecuencia de una serie de luchas colectivas en diferentes partes del mundo y a lo largo de los años. El 8M conmemora el día de las mujeres en toda su diversidad e involucra a todas aquellas trabajadoras, no solo a quienes se encuentran en el sistema laboral formal sino que incluye y permite hacer visible el trabajo de cuidado que mayoritariamente ejercen las mujeres.
En esta fecha se denuncian y cuestionan los mandatos sociales naturalizados que perpetúan las desigualdades.
La coyuntura actual en Argentina, a través de la batalla cultural hacia lo que llaman la ideología de género, denota una agenda de retroceso y ataque a los derechos conquistados para las mujeres y diversidades, no solo desde lo discursivo sino con acciones concretas que afectan el desarrollo de la vida de las mujeres y el colectivo LGBTIQ+. La prohibición de la perspectiva de género en la administración pública y el consecuente desmantelamiento del Ministerio de las Mujeres, géneros y diversidades, además del cierre del INADI, el desfinanciamiento del Plan Nacional de prevención del embarazo no intencional adolescente bajo la órbita del Ministerio de Salud, impactan de lleno sobre las políticas vinculadas al acceso y el pleno ejercicio de los derechos.
Gran parte de la justificación de este entramado se basa en negar la diferencia estructural que afecta a mujeres y personas LGBTIQ+ en relación con el lugar desigual que ocupan en la sociedad y la construcción de estereotipos que asignan mandatos determinados por género en detrimento de la población mencionada afectando el ejercicio de sus derechos.
Este 8M en Argentina, sin duda se desarrolla en un retroceso de derechos y el paro internacional expresará las históricas consignas que denuncian las desigualdades, discriminaciones y violencias pero también el avasallamiento sobre los derechos establecidos en un contexto de ajuste y caída de los ingresos.