Con colaboración argentina, la Agencia Espacial Europea creará el mapa 3D más grande y exacto del Universo

La estación de espacio profundo que Argentina tiene en Mendoza, colaborará con la misión que busca crear el ¿Cómo es la estructura del Universo? ¿Cómo es su expansión? La Agencia Espacial Europea (ESA) prevé elaborar el mapa 3D más grande y exacto del Universo en una misión que se llama Euclid, que cuenta con la participación de una antena de espacio profundo que está en Mendoza, Argentina. El objetivo de la misión Euclid es responder estas preguntas y aprender más sobre la energía oscura y la materia oscura.
"Hay materia en el Universo que no podemos ver, pero sabemos que existe y está aglutinando todo", le dijo a AIRE el coordinador de operaciones científicas del proyecto Euclid de la ESA, Guillermo Buenadicha. Es la materia oscura, un misterio que desvela a los astrónomos de todo el mundo. "La materia oscura se cree que es cinco veces más que la materia visible", señaló.
Con la misión Euclid y el mapa más impactante del Universo, se podrá avanzar en el aprendizaje de esta materia invisible, que ocupa el 25% del cosmos. Otro 70% del Universo es energía oscura.
"Se ha visto que la velocidad de expansión del Universo se va acelerando cada vez más. La energía oscura es lo que empuja hacia afuera, lo que hace crecer al Universo más", explicó el científico.
El otro 5% que no es materia oscura ni energía oscura en el cosmos, es todo lo que se conoce sobre el Universo. Muy poco. "Vivimos en un Universo en el que solo vemos el 5%, es difícil comprender el Universo con esa visión", aseguró Buenadicha.
¿Cómo se realizará el mapa 3D más grande y exacto del Universo?
La misión Euclid hará el mapa más extenso que pueda hacerse del Universo, del cielo extra galáctico, que no está contaminado por la Vía Láctea. Va a poder verse el cielo más oscuro posible.
Para lograr este mapa "necesitamos cartografiar 15.000 grados cuadrados de cielo", contó Buenadicha a AIRE. Y explicó las dimensiones del Universo que es posiblemente mapear desde la Tierra.
"Cuando miramos al cielo desde la Tierra a la Luna, el tamaño de la Luna es aproximadamente medio grado cuadrado. Euclid lo que va a hacer es mirar aproximadamente 30.000 lunas. Tenemos que hacer 30.000 veces la Luna en el cielo.
"Lo que podemos ver de todo el Universo, de todo el cielo, es una esfera. Cuando uno está dentro de una esfera, lo máximo que puede ver es toda la superficie que tiene alrededor de una esfera. ¿Qué ocurre? Que aproximadamente esas superficies son unos 40.000 grados cuadrados. Y dos tercios de lo que hay en esa esfera está contaminado por la galaxia. Nosotros estamos dentro de la Vía Láctea, dentro de la galaxia. Y cuando miramos alrededor, sobre todo en lo que es el plano galáctico, son muchas estrellas. Por la noche, cuando hacemos fotos, es precioso, pero es muy malo para intentar ver más allá", explicó el experto.
"Lo que podemos ver de todo el Universo, de todo el cielo, es una esfera", dijo Buenadicha a AIRE.
"Todo lo que está ocupado por la galaxia no podemos usarlo para espiar. Tampoco por donde están pasando el Sol o los planetas, tampoco nos vale, porque por ahí tenemos contaminación. Nos queda una cantidad de cielo que es aproximadamente un tercio. Entonces, los 15.000 grados cuadrados, que es el objetivo científico de la misión, viene de que queremos poder medir todo lo que podamos ver, que son 15.000 grados cuadrados", dijo Buenadicha.
El científico señaló que tomar cada imagen lleva tiempo. "Tenemos que estar muchos minutos quietos para adquirir bien y suficientemente la luz y la imagen. No se puede hacer rápido. Uno de los avances tecnológicos que tiene Euclid, es que va a tener en el espacio una de las cámaras con mayor apertura, no solamente con mucha resolución, sino con mayor amplitud de visión", contó.
"Si vamos a tener que hacer casi 40.000 imágenes del cielo, eso nos viene a dar la duración de la misión que es de seis años aproximadamente. Tardaremos seis años en mirar esos 15.000 grados cuadrados con la precisión y con la estabilidad suficiente", reveló.
"El objetivo de Euclid es ver mucho cielo con mucha precisión y con mucha lejanía. Lo que nos interesa es ver mucho cielo y sobre todo verlo con muchísima estabilidad. Ese es el otro requisito de Euclid. Tenemos que estar muy quietos cuando hacemos todas las imágenes porque una de las cosas que queremos ver es la distorsión de las galaxias. Si una galaxia está distorsionada, lo que queremos buscar es si hay estas lentes gravitacionales, si algo la ha distorsionado", dijo sobre la materia oscura.
La participación argentina en la misión Euclid
A medida que Euclid vaya tomando imágenes y recolectando datos del Universo, estos irán llegando a la Tierra para ser estudiados por científicos de todo el mundo. El rol de Argentina es clave en esto, ya que a través de una antena de espacio profundo, ubicada en Mendoza (Malargüe), permite que la nave esté comunicada con la Tierra a medida que viaja por el cosmos.
La antena de espacio profundo de Argentina (Deep Space 3 – Malargüe) forma parte de tres antenas ubicadas en el planeta de forma estratégica para que las misiones de la Agencia Espacial Europea (ESA) no pierdan contacto con el centro de control.
El líder del sistema de satélite y operaciones de la ESA en Telespazio, Diego Pazos, le contó a AIRE detalles de la poderosa antena de 35 metros de diámetro que Argentina tiene en Malargüe y que acompaña a las antenas de espacio profundo de Australia y España.
"La antena de Argentina está ubicada a 50 kilómetros al sur de la ciudad de Malargüe, frente al volcán Malacara. La selección del sitio se hizo en el año 2009. Se analizaron 40 lugares entre Argentina y Chile, ubicados entre 40 y 24 grados de latitud sur, una franja bastante grande de nuestro cono sur. Y después de muchos estudios técnicos, factibilidades de servicios, electromagnéticas, estudios de suelo, viento y condiciones meteorológicas, se terminó eligiendo Malargüe para la instalación de la antena, que duró dos años", detalló Pazos.
"Luego de esos dos años, hubo un año de pasaje de la fase de construcción a la fase operativa y la estación se inauguró el 18 de diciembre del 2012 y entró en operación rutinaria el 6 de enero del 2003", dijo. "Desde ese momento, la estación está trabajando todos los días, interrumpidamente, con distintas misiones de la Agencia Espacial Europea en el Sistema Solar, y también con misiones de otras agencias a través de acuerdos de cooperación", señaló.
La Agencia Espacial Europea no tiene personal propio en la estación de Malargüe. Todo el personal pertenece a una empresa que se llama Telespazio y el responsable del proyecto por parte de esta compañía es Diego Pazos. "Somos todos ingenieros y técnicos formados aquí en el país", dijo el entrevistado.
¿Cómo es la estación de espacio profundo de Malargüe?
La estación está emplazada en un predio de un kilómetro cuadrado, que fue donado por un privado a la Municipalidad de Malargüe. La Municipalidad hizo un comodato de uso gratuito por 50 años a la Agencia Espacial Europea.
Dentro de ese kilómetro cuadrado hay un predio más pequeño, con medidas de seguridad importantes, de unas 6 o 7 hectáreas. En ese predio está la antena y hay un edificio de operaciones donde están las consolas, los sistemas de telecomunicaciones, los relojes atómicos y las oficinas del personal.
Hay una planta de energía, que es donde los ingenieros y técnicos reciben la línea de media tensión y tienen la capacidad de generar energía para la estación. Hay un depósito muy grande donde se guardan los repuestos y las partes mecánicas de la antena. También hay una cisterna y salas de bombeo.
Son alrededor de 2.500 metros cuadrados de instalaciones.
Captura de pantalla TV Pública (Científicos Industria Argentina - Antena DS3 en estación Malargüe)
"La estación de Malargüe hasta fines del año pasado estaba soportando cinco misiones, entre ellas, dos misiones a Marte llamadas Mars Express y ExoMars. Además, soporta misiones para estudiar Mercurio, la Vía Láctea (Gaia) y el Sol (Solar Orbiter).
"La función de la estación de Malargüe es garantizar la comunicación entre la sonda o el satélite, con el centro de control de la misión. Nosotros básicamente establecemos ese canal de comunicación y desde esa perspectiva ya es una misión rutinaria", le contó Pazos a AIRE.
"La red de estaciones de la ESA es la que se ocupa de garantizar la comunicación de las distintas misiones con el centro de operaciones de ESA. Pero es un trabajo de red. La factibilidad de comunicación con una sonda depende de la ubicación de esa sonda dentro del Sistema Solar y también de la visibilidad que tenés con ese punto en determinado momento del día porque la Tierra está girando todo el tiempo. De hecho, si analizamos la ubicación de las estaciones, están ubicadas en el planeta Tierra en forma tal, que siempre hay alguna que tiene
En misiones como Euclid trabajan miles de personas. Algunos se dedican a la parte científica y otros se alejan de la ciencia para ocuparse de lo técnico. Este último es el caso de Argentina, que aporta con la antena de espacio profundo un soporte técnico a las misiones de la ESA como Euclid.
"Nosotros estamos lejos de la ciencia porque estamos muy cerca de lo tecnológico. Hay gente que se dedica a construir los paneles solares de una misión, que son necesarios para que esa misión haga ciencia, pero no tienen nada que ver con la ciencia", explicó Pazos.
"Nuestra responsabilidad es que la estación de Malargüe esté el 100% del tiempo disponible para garantizar la comunicación de la agencia con todas sus misiones. Todo el tiempo estamos muy abocados a eso", dijo.
"La inspiración que te genera ser parte de un proyecto que está en Júpiter o que está en Lagrange 2 haciendo estudios de materia oscura, está buenísimo", aseguró el ingeniero argentino.