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Reemplaza un millón de bolsas plásticas cada mes. En un contexto donde la sustentabilidad dejó de ser una opción para convertirse en una necesidad, cada vez más empresas buscan alternativas que reduzcan el impacto ambiental sin resignar calidad ni diseño.
26/09/2025Bolsas Ecológicas surge en Argentina como un claro ejemplo de innovación local: una compañía que combina producción propia, tecnología y compromiso ambiental para ofrecer soluciones de empaque reutilizables y responsables.
Con tecnología propia, visión sustentable y un modelo de producción nacional, la empresa transforma la forma en que marcas y comercios piensan sus envases.
Cuando Gonzalo García Guerrero recuerda sus primeros pasos como emprendedor, lo hace con una mezcla de orgullo y asombro. Lo que hoy es una empresa que produce cerca de un millón de bolsas reutilizables por mes comenzó como un experimento improvisado, en un taller metalúrgico y con una máquina construida a mano.
Su historia arranca en un contexto adverso. Durante años, su empresa fabricó maquinaria pesada. Eran productos costosos, con procesos de venta largos y complejos. Pero todo cambió tras una estafa comercial que los dejó al borde del colapso. «Teníamos que salir del esquema de vender una máquina cada dos meses. Necesitábamos algo con volumen, con salida diaria, que nos permitiera respirar y crecer», cuenta Gonzalo.
En 2015, un amigo le habló de una tendencia en expansión en Estados Unidos: las bolsas reutilizables de friselina, un material no tejido, resistente, versátil y personalizable. La idea encendió una chispa. Pero en lugar de importar la maquinaria, Gonzalo y su equipo decidieron construir su primera máquina de cero. Fue un trabajo artesanal, precario y lleno de improvisaciones, pero funcionó.
Así nació Bolsas Ecológicas , con una premisa clara: reemplazar bolsas plásticas de un solo uso por opciones reutilizables, funcionales y atractivas para las marcas.
Lo que comenzó como una necesidad urgente de reinvención se convirtió en una historia de resiliencia, innovación y economía circular. Y deja una enseñanza poderosa: en tiempos difíciles, apostar por lo sustentable no solo es un aporte al planeta, también puede ser un gran negocio.
¿Cómo pasó de fabricar maquinaria metalúrgica a producir Bolsas Ecológica ?
Arrancar con Bolsas Ecológicas fue una decisión que cambió por completo mi vida. Durante años dirigí una fábrica de maquinaria metalúrgica, un rubro muy distinto al que me dedico hoy. En 2015 decidí venderla, buscando un cambio que me permitiera crear algo con un impacto positivo más allá de lo económico. Casi por casualidad, un amigo me habló sobre el crecimiento de las bolsas reutilizables en Estados Unidos. Me interesó tanto que empecé a investigar el mercado argentino y vi que había espacio para ofrecer un producto distinto: bolsas con logo y soluciones de empaque sustentables, con valor agregado y un compromiso ambiental real.
¿Cómo fueron los primeros pasos en la producción?
Muy artesanales y llenos de desafíos. Antes de pensar en importar maquinaria, nos propusimos construir nuestra primera máquina de producción desde cero. Fue un trabajo a pulmón, con pruebas, errores y aprendizajes constantes. Esa etapa nos permitió entender a fondo cada fase del proceso: desde el corte de la friselina hasta la costura con ultrasonido y la impresión personalizada.
Con el tiempo, incorporamos líneas de producción con tecnología de ultrasonido más avanzada y sistemas de impresión propios. Esto nos dio independencia de terceros, redujo intermediarios y nos permitió optimizar recursos. Además, centralizar gran parte de la producción en nuestra planta nos ayudó a controlar mejor la calidad y a reducir el impacto ambiental al minimizar el transporte.
¿Qué valor encuentran las empresas en sus bolsas?
Más allá del diseño y la personalización, el principal valor está en la durabilidad y el impacto positivo que generan. Las bolsas de friselina pueden reutilizarse muchas veces, lo que las convierte en una alternativa real frente a las plásticas descartables. Esto permite a las empresas cumplir con normativas ambientales y, al mismo tiempo, transmitir a sus clientes un mensaje de compromiso con el planeta.
Hoy, nuestros clientes incluyen desde grandes marcas como YPF, Ferrum o FB hasta pequeños comercios que buscan destacar ofreciendo empaques que combinan estética, resistencia y responsabilidad ambiental
¿Cómo integran la sustentabilidad en el día a día de la producción?
No se trata solo del producto final, sino también de cómo lo hacemos. En la planta trabajamos para reducir desperdicios, optimizar el uso de materiales y disminuir el consumo energético. Incluso estamos sumando un sistema de reparto propio para hacer entregas más eficientes y reducir nuestra huella de carbono. Nuestro objetivo es que cada paso de la cadena de producción esté alineado con la filosofía de reutilizar en lugar de descartar.
¿Cuál es la visión a futuro de Bolsas Ecológicas?
Seguir creciendo, pero siempre con responsabilidad. Queremos que reutilizar sea la norma, no la excepción. Apostamos a que más empresas adopten empaques sustentables y que cada consumidor entienda que su elección tiene un impacto real.
En lo personal, me gustaría que nuestro trabajo inspire a otros emprendedores a buscar modelos de negocio que sean rentables y, al mismo tiempo, beneficiosos para el medioambiente. Porque al final del día, producir de manera responsable no es una moda: es una necesidad urgente.
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