¿Por qué Israel lanza una ofensiva en Cisjordania después del alto el fuego en Gaza?

La violencia se produce mientras el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se enfrenta a la presión interna de sus aliados de extrema derecha después de acordar la tregua y el intercambio de rehenes por prisioneros con el grupo militante Hamas.

Mundo23/01/2025 Por Joseph Krauss/AP
Cisjordania

En los días transcurridos desde que entró en vigor un frágil alto el fuego en la Franja de Gaza, Israel ha lanzado una importante operación militar en la Cisjordania ocupada y presuntos colonos judíos han arrasado dos ciudades palestinas.

La violencia se produce mientras el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se enfrenta a la presión interna de sus aliados de extrema derecha después de acordar la tregua y el intercambio de rehenes por prisioneros con el grupo militante Hamas.

Mientras tanto, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha rescindido las sanciones de la administración Biden contra los israelíes acusados ​​de violencia en el territorio.

Es una mezcla volátil que podría socavar el alto el fuego, que durará al menos seis semanas y provocará la liberación de docenas de rehenes a cambio de cientos de prisioneros palestinos, la mayoría de los cuales serán liberados en Cisjordania.

Israel capturó Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este en la guerra de Medio Oriente de 1967, y los palestinos quieren los tres territorios para su futuro Estado.

Las escaladas en una zona a menudo se extienden, lo que aumenta el temor de que la segunda y mucho más difícil fase del cese del fuego en Gaza (que aún no se ha negociado) tal vez nunca llegue.

Decenas de hombres enmascarados arrasaron dos aldeas palestinas en el norte de Cisjordania el lunes por la noche, arrojando piedras e incendiando automóviles y propiedades, según funcionarios palestinos locales. El servicio de emergencias de la Media Luna Roja dijo que 12 personas fueron golpeadas y heridas.

Mientras tanto, las fuerzas israelíes llevaron a cabo una redada en otras partes de Cisjordania que, según los militares, fue en respuesta al lanzamiento de bombas incendiarias contra vehículos israelíes.

Dijo que varios sospechosos fueron detenidos para interrogarlos, y un video que circula en línea parecía mostrar a decenas de personas marchando por las calles.

El martes, el Ejército israelí lanzó otra gran operación, esta vez en la ciudad de Jenin, en el norte de Cisjordania, donde sus fuerzas se han enfrentado regularmente con militantes palestinos en los últimos años, incluso antes de que el ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023 desde la Franja de Gaza desencadenara la guerra allí.

Al menos nueve palestinos murieron el martes, incluido un joven de 16 años, y 40 resultaron heridos, dijo el Ministerio de Salud palestino.

El Ejército dijo que sus fuerzas llevaron a cabo ataques aéreos, desmantelaron bombas en la carretera y “atacaron” a 10 militantes, aunque no estaba claro qué significaba eso.

Los residentes palestinos han informado de un importante aumento de los puestos de control israelíes y de los retrasos en todo el territorio.

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, calificó la operación de Yenín como parte de la lucha más amplia de Israel contra Irán y sus aliados militantes en toda la región, diciendo: “Atacaremos los brazos del pulpo hasta que se rompan”.

Los palestinos ven estas operaciones y la expansión de los asentamientos como formas de consolidar el control israelí sobre el territorio, donde 3 millones de palestinos viven bajo un Gobierno militar israelí aparentemente indefinido, con la Autoridad Palestina respaldada por Occidente administrando ciudades y pueblos.

Destacados grupos de derechos humanos lo califican de forma de apartheid, ya que los más de 500.000 colonos judíos en el territorio tienen todos los derechos que confiere la ciudadanía israelí. Israel rechaza esas acusaciones.

Los socios de extrema derecha de Netanyahu están indignados
Netanyahu ha estado luchando por sofocar una rebelión de sus socios de coalición ultranacionalistas desde que aceptó el alto el fuego.

El acuerdo requiere que las fuerzas israelíes se retiren de la mayor parte de Gaza y liberen a cientos de prisioneros palestinos, incluidos militantes condenados por asesinato, a cambio de los rehenes secuestrados en el ataque del 7 de octubre.

Uno de los socios de la coalición, Itamar Ben-Gvir, renunció en protesta el día en que entró en vigor el alto el fuego. Otro, el ministro de Finanzas Bezalel Smotrich, ha amenazado con irse si Israel no reanuda la guerra después de que la primera fase del alto el fuego esté programada para terminar a principios de marzo.

Quieren que Israel anexione Cisjordania y reconstruya asentamientos en Gaza, al tiempo que fomenta lo que ellos llaman la migración voluntaria de un gran número de palestinos.

Netanyahu todavía tiene una mayoría parlamentaria tras la salida de Ben-Gvir, pero la pérdida de Smotrich —que también es el gobernador de facto de Cisjordania— debilitaría gravemente su coalición y probablemente llevaría a elecciones anticipadas.

Eso podría significar el fin de los casi 16 años ininterrumpidos de Netanyahu en el poder, dejándolo aún más expuesto a acusaciones de corrupción de larga data y a una investigación pública esperada sobre el fracaso de Israel para prevenir el ataque del 7 de octubre.

El regreso de Trump podría dar a los colonos una mano más libre
El regreso de Trump a la Casa Blanca ofrece a Netanyahu un potencial salvavidas.

El presidente recién juramentado, que prestó un apoyo sin precedentes a Israel durante su mandato anterior, se ha rodeado de asistentes que apoyan los asentamientos israelíes. Algunos apoyan la reivindicación de los colonos de un derecho bíblico a Cisjordania, debido a los reinos judíos que existían allí en la antigüedad.

La comunidad internacional considera abrumadoramente ilegales los asentamientos.

Entre la oleada de órdenes ejecutivas que Trump firmó en su primer día de regreso al cargo, había una que anulaba las sanciones de la administración Biden a los colonos y extremistas judíos acusados ​​de violencia contra los palestinos.

Las sanciones, que tuvieron poco efecto, fueron una de las pocas medidas concretas que tomó la administración Biden en oposición al estrecho aliado de Estados Unidos, al mismo tiempo que proporcionó miles de millones de dólares en apoyo militar a la campaña de Israel en Gaza, una de las más mortíferas y destructivas en décadas.

Trump se atribuyó el mérito de haber ayudado a que el acuerdo de alto el fuego en Gaza llegara a la meta en los últimos días de la presidencia de Biden.

Pero esta semana, Trump dijo que “no estaba seguro” de que se mantuviera y señaló que le daría a Israel carta blanca en Gaza, diciendo: “No es nuestra guerra, es su guerra”.

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