¿Una solución o un problema?: Para reforzar la seguridad militarizaran las calles de Morteros

Al dar continuidad a la política de sostenimiento de un Estado represivo impulsada por el PRO y el radicalismo en épocas de José Bría, destinan un espacio en el Museo «Ángel Moli» para que un grupo de gendarmes se instale allí, para luego ceder un espacio de terreno del Parque Mariano Alvarado para que construyan allí la sede administrativa, según anuncio el intendente Sebastián Demarchi
Un espacio que era utilizado para cultura y un espacio destinado a la educación ambiental serán transformado para cumplir con la nueva doctrina de Estados Unidos a la que se plegó de manera estricta el gobierno libertario bajo la justificación de las nuevas amenazas como el narcoterrorismo y otros movimientos.
La incorporación de Gendarmería Nacional Argentina (GNA) como auxiliares de la policía para combatir el narcotráfico, es hacer, para asegurar que nada cambie. El mismo organismo que tiene a su cargo el patrullaje fronterizo que es por donde ingresa la droga que se comercializa en el territorio nacional, es a quien ponen para combatir a la droga que llega a la ciudad. 
Si fuese la herramienta para resolver la problemática, no habría crecido el narcotráfico en la Argentina, transformada en el tercer exportador de cocaína del mundo, entonces cabe preguntarse ¿Es la solución o es parte del agravamiento del problema?
Es sabido que cuando la inseguridad  crece, la sociedad necesita respuestas, los políticos están obligados a darlas y encuentran un comodín en gendarmería al existir en el imaginario que solucionan los problemas, en ese sentido el experto en derecho penal y prevención de droga dependencia Claudio Stampalija sostiene que «Los políticos creen que llenar las calles de gendarmes y prefectos les trae aparejado seguridad. No es cuestión de cantidad, es cuestión de calidad» y acota «La sensación de la población con respecto a la Gendarmería es más un sustrato psicológico que de evidencia científica», considera que la fama que ganaron es parte del inconsciente popular y no de la realidad misma. 

Nació para cuidar a los poderosos

GNA nació en los años de la década infame, en la que cuidar las fronteras es cosa de papeles, como sostiene el sociólogo Esteban Rodríguez Alzueta que Gendarmería «fue concebida especialmente para acabar con el bandidaje que estaba ganándose la devoción popular y echando raíces entre el campesinado de la región los bandoleros Mate Cocido y Eusebio Zamacola, un vasco con ideas anarquistas» frente a las explotaciones de las cerealeras.
Más acá en el tiempo se involucró en los genocidios de la dictadura militar, fuerza de choque al servicio de grandes grupos económicos, reprimió y asesino a quienes se opusieron en la década del 90 a la instauración del neo liberalismo en Argentina, entre otras acciones que van a contra mano de los intereses comunitarios.

Creció la inseguridad

En 1999 fue el entonces gobernador de Buenos Aires Carlos Ruckauf el que apeló a los hombres de uniforme verde como remedio para la inseguridad. Solo basta ver los distintos informes que lejos de resolver las situaciones que sufrían los distintos lugares del cono urbano bonaerense se fueron agravando a pasos agigantados. La evidencia demuestra que la presencia de gendarmería generó más violencia, incremento de homicidios y la instalación de extranjeros para el manejo del negocio del narcotráfico. 
A mediados de 2014 con una puesta cinematográfica por parte del entonces responsable de seguridad Sergio Berni llegaba a Rosario Gendarmería, donde según la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos lo único que hicieron fue golpear a los pibes y pibas por estar en una esquina, arrancar piercings o sacar la gorra a los jóvenes.
Como resultado la ciudad de Rosario durante todos estos años sufrió un alto incremento en la tasa de homicidios, tuvo un exponencial crecimiento en el tráfico de drogas y un movimiento desde los puertos con cargas hacia el exterior de gran envergadura.
En el 2015 instalaron en San Francisco una base de Gendarmería Nacional, donde se nos dijo que venían a combatir el narcotráfico en el departamento San Justo, cuatro años más tarde ante la falta de resultados instalaron una delegación de la Policía Federal, mientras la droga sigue circulando cada vez en mayor volumen.
Ambas fuerzas llegaron a la región para dotar de herramientas a lo que venía planteando el entonces Juez Federal de San Francisco Mario Eugenio Garzón en relación al movimiento de drogas, entre las que planteaba la existencia de una zona liberada en la zona de Morteros para el movimiento de aviones que llegaban con cargamentos de drogas y contrabando. En la que incluso señalaba que en nuestra ciudad proveían de combustible a esos aviones. 

Nada pasa

En estos 9 años en que Gendarmería Nacional llegó a esta región, pareciera que no se enteró aún de la llegada de aviones a pesar que cualquier lugareño de la zona de la costa este de la laguna Mar Chiquita indica que actualmente es normal la circulación de estos.
Como tampoco Gendarmería Nacional nunca se enteró que la banda capitaneada por el Rey de la cocaína David «Delfin» Zacarías, utiliza lugares de nuestra región para depositar cargamentos, entre otros el cementerio municipal de San Guillermo.
Pareciera que tampoco tienen conocimiento acerca de la droga que llega a nuestra ciudad y la región por intermedio de la banda que conduce Evelio «Yiyo» Ramallo y a través de este el desembarco de la banda de «Los Monos».
Tampoco hasta el momento los gendarmes actuaron ante el movimiento de narco dólares que existe en la ciudad donde provenientes de distintas provincias vienen en busca de los mismos para ser utilizados para la compra de estupefacientes.
Podríamos seguir señalando distintas actividades ilícitas que se desarrollan en este sector de la geografía que evidencian que el seguir incorporando fuerzas, lo hacen para ocupar territorio con algún otro fin, pero no es para resolver la inseguridad como desde el gobierno municipal se pone de manifiesto, más allá de las buenas intenciones que tienen para enfrentar la situación,  obligando al intendente ante la falta de respuesta policial en salir a buscar en otros organismos, pero debería tomar otro camino porque se trata de una receta que no solo fracaso en otras latitudes, sino que incrementó el problema.
La construcción de un Estado de uniforme como lo define el sociólogo Javier Auyero, termina siendo parte de la producción de las cadenas de violencia, algo que Morteros viene sufriendo desde que el ex intendente, actual legislador provincial José Bría enrolado en Juntos por el Cambio, comenzó a reproducir la receta impartida por Patricia Bullrich representante en Argentina del Consejo de las Américas, entidad que impone a los países del sur la doctrina de seguridad continental llevada adelante en Colombia, México y Brasil con intervenciones militares contra el narcotráfico, obteniendo como resultado miles de muertos y desaparecidos, mientras los ejércitos se convirtieron en los principales carteles, y los negocios del narcotráfico y las armas no paran de crecer.
GNA al comenzar a ocupar temporalmente el territorio morterense para vender humo le secuestro las motos a las y los trabajadores, apretó a algunos jóvenes contra los tapiales, mientras la producción de estampida empezó a sistematizarse para el sostenimiento territorial de los espacio de comercialización, pero nunca Gendarmería logro interceptar la llegada de la droga. Nunca realizaron un allanamiento para cortar con el financiamiento del negocio. Una evidencia concreta que es una gran mentira que la presencia de más fuerza de seguridad, significa más seguridad. 
Nada cambia que Gendarmería esté en San Francisco o Morteros, como así también que se encuentra en Ceres para realizar las investigaciones para interceptar los movimientos de drogas que desde hace décadas se vienen sucediendo por los distintos caminos que surgen desde la triple frontera interna compuesta por Santiago del Estero, Santa Fe y Córdoba. Si la decisión fuese terminar con el narcotráfico en Morteros y la región, ya lo habrían hecho, pero la realidad demuestra que no encontraron un solo gramo de droga ¿Entonces qué cambiaría que se instalen en Morteros?
El cambio lo va sufrir la gente común que dejará de tener tranquilidad, mientras los delincuentes de guantes blancos seguirán operando cada vez más custodiados, que como resultado seguirá creciendo el movimiento de sustancias prohibidas para la esclavización de las pibas y pibes, un reducido grupo amasa una gran fortuna, sin que desde la política se tome la decisión de investigar a los cuatro o cinco financistas que sustentan la inseguridad.
Mientras tanto los consumidores consumidos cuando pasan a ser una molestia se los encarcela, a la problemática social se la resuelve con la instalación de sistemas de video vigilancia y ahora frente al crecimiento de las dificultades sociales provocadas por el gobierno nacional militarizan las calles, sin atacar las raíces de las causas que producen y provocan la inseguridad.
Construir una ciudad segura no es por el camino de la militarización y la represión, una receta exitosa para los grandes mercaderes de la vida, mientras la violencia, la corrupción y la inseguridad se multiplican. Con políticas sociales, educativas y culturales desarrolladas con gran valentía enfrentando a quienes se cuida permitirán conformar una ciudad de oportunidades con fortaleza.