
El país como un páramo vacío de almas. Los conquistadores vuelven al desierto a quedarse con las entrañas de la tierra. Quedó en claro que las urnas no son herramientas de transformación sino de fraude emocional. Ahora el país, el que habitarán nuestros niños, es una zona de sacrificio en manos del prostituyente que la compra.







Así, de cara la elección del 22 de octubre, Javier Milei, Sergio Massa y Patricia Bullrich comparten algunos desafíos compartidos y enfrentan otros distintos. El candidato libertario debe sostener la punta que logró en las primarias, mientras que el ministro de Economía y la ex ministra de Seguridad deben, antes que nada, retener el voto de sus contrincantes en las PASO. Por otra parte, todos deben cruzar el umbral del 30% con más votos que sus contrincantes para disputar la presidencia en ballotage. Como vimos en notas anteriores, según las primeras encuestas nacionales pos primarias Milei mantiene la delantera en la carrera hacia octubre (entre 32% y 38,5% de intención de voto), mientras que Massa se ubica como escolta (entre 23% y 32%) y Bullrich tercera (entre 21% y 28%). En la última semana, se sumaron mediciones: según CEOP, Milei alcanza 34,2% de intención de voto, Massa 30,6% y Bullrich 24,8%. Fuera del podio, Juan Schiaretti ronda el 2% y Myriam Bregman el 1%, con 7,4% de electores en transición (suma de indecisos, potenciales abstencionistas y voto en blanco; gráfico arriba).
El CEOP agrega otro nivel de análisis de cara a octubre, donde estima la fidelidad de las tres fuerzas (cruzando intención de voto con voto anterior), lo que puede ganar, lo que puede perder y lo que puede captar de los electores en transición. La fuerza más beneficiada en términos de ganancias es LLA (+6,7%), mientras que UP (+4,2%) y JXC (+4,5%) están en empate técnico en esa variable. En pérdidas, JXC es la más perjudicada (-4%). En cuanto a la captura potencial de votantes en transición, hay un triple empate técnico (+1,9% para LLA y UP, +,15% para JXC). Así, CEOP proyecta 36,1% para Milei, 32,5% para Massa y 26,1% para Bullrich (gráfico arriba). La brecha entre LLA y UP es de 3,6 pp (estadísticamente no significativa), mientras que hay 6,4 pp entre Massa y Bullrich (diferencia estadísticamente significativa, dado el error muestral de +/-2,58%). Milei y Massa crecen respecto a las PASO y logran cruzar el umbral del 30%; el ministro de Economía fideliza el caudal obtenido por Juan Grabois, mientras que Bullrich baja respecto a la sumatoria obtenida por JXC en las primarias, no logra retener todos los votos de Horacio Rodríguez Larreta y queda por debajo del 30%.
En tanto, la última encuesta nacional de Analogías ubica a Milei en 31,1%, a Massa con 28,1% y a Bullrich con21,2%; Bregman y Schiaretti rondan el 3% (gráfico arriba). Con respecto a su anterior medición pos PASO (gráfico abajo), el libertario se estanca (la merma de 1 pp no resulta estadísticamente significativa), Massa insinúa una suba de 1,3 pp y Bullrich aparece estable (+,0,3 pp). Los indecisos insinúan una suba de 1,5 pp, mientras que Bregman y Schiaretti insinúan bajas. Nuevamente, Milei y Massa mejoran su proyección respecto a lo obtenido en las PASO, mientras que Bullrich cede 6,8 pp, dado que sólo retiene el 50% del voto de Rodríguez Larreta.
Milei hace su mejor elección entre los electores masculinos (casi 37%), menores de 30 años (casi 41%) y entre 30 y 44 años (36,3%). Massa saca leve ventaja entre las mujeres (casi 30%), votantes de 45 a 59 años (33%) y de 60 años o más (39,3%). Por nivel educativo, Milei se impone en los electores de estudios secundarios (34,5%), Massa obtiene leve ventaja entre los de estudios primarios (casi 32%) y disputa con Milei los electores con estudios secundarios (ambos en torno al 29%; gráfico abajo). Bullrich no saca ventajas en ninguna de esas variables sociodemográficas.
Milei y Massa logran altas tasas de fidelización del voto de sus respectivos sellos en las PASO (entre el 70% y el 90%), mientras que Bullrich enfrenta la situación más adversa. A diferencia de lo que concretó Macri en 2015, ella no logra retener todo el caudal de lo que logró la sumatoria de JXC en las primarias, por dos motivos: 1) no fideliza todo el voto de Rodríguez Larreta; según CB Consultora, la ex ministra retiene el 73,3% de los votantes de su contricante, según OPSA/UBA retiene el 60,5%, según Opinaia retiene el 56%, según Analogías retiene el 50% y según Synopsis (gráfico abajo) retiene apenas el 43,4% 2) para peor, también corre el riesgo de ceder parte de sus votantes, que podrían migrar a Milei al verlo como opción opositora de cambio más nítida: 12% según Opinaia, 9% de los votantes de la ex ministra están en esa situación, según CB, 18,1% según OPSA/UBA y 16,2% según Synopsis.
En síntesis, más allá de algún matiz, las encuestas pos PASO coinciden en mostrar un crecimiento de Milei y de Massa, vs un retroceso de Bullrich. El libertario corre con la ventaja de una fuerza constituida en torno a su liderazgo, mientras que el ministro capitaliza el resultado de una interna “civilizada” con Grabois y, al igual que en 2015 pero esta vez con el sello oficialista, retiene el voto de su contrincante. Hasta ahora, LLA y UP disputan la posibilidad de construir la coalición ganadora mínima hacia octubre y de cara a un potencial ballotage. En cambio, la ex ministra de Seguridad capitalizó el corrimiento de JXC hacia la derecha en la interna contra el jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pero ese mismo corrimiento pone ahora en riesgo parte de su electorado (público objetivo o target primario), que se siente motivado a votar a un candidato más radicalizado que ella (Milei), y a la vez le faltan argumentos para retener a los electores más moderados que necesitaría a efectos de construir una coalición ganadora mínima.












