Cementerio de vehículos, máquinas y herramientas y en el corralón municipal

Autos destruidos, maquinas fueras de servicio por roturas producto de la falta de mantenimiento y reparación se acumulan en predio del corralón municipal de Morteros.
Este cementerio de máquinas y herramientas repercute directamente en el estado de abandono de los barrios, porque al no estar en funcionamiento las pocas que funcionan no alcanzan para la prestación de los servicios que los contribuyentes pagan a través de sus tasas por servicios a la propiedad.
Al déficit que muestran las cuentas municipales, los créditos tomados para el pago de sueldos, (de los cuales muchos son cargos partidarios), créditos tomados en bancos y otras entidades financieras entre otras deudas que en la actualidad tiene el municipio, a la millonaria deuda por obras de pavimento y cordón cuneta cobradas y no realizadas, se agrega la multimillonaria deuda que deberá afrontar la próxima gestión municipal para poder prestar los servicios que la ciudad se merece.
Es una necesidad elemental e imperiosa para poder prestar los servicios públicos que los camiones rotos, las maquinas abandonadas y herramientas costosas en desuso por falta de reparación en muchos casos es necesario que sean reemplazados y otras reparadas, significando una multimillonaria inversión, pero a su vez los pocos vehículos y máquinas que se encuentran en funcionamiento necesitan en la mayoría de los casos el cambio de cubiertas, trabajos de mantenimiento general, instalaciones eléctricas entre otros, significando una abultada inversión.
Cuentan los trabajadores que el deterioro se viene arrastrando desde hace rato, hay camiones con camisas rotas, los regadores andan la mitad, tractores y máquinas que no andan, cortadoras de césped apiladas sin arreglar. Una desidia conformada por una larga lista de vehículos fuera de funcionamiento por falta de arreglos.
Cada vez que se rompen terminan arrumbados sin reparación, «Siempre dicen que no hay plata, en otros casos argumentan falta de repuesto», expusieron los trabajadores.
Esta falta de interés en mantener los equipamientos necesarios para la prestación de los servicios termina cayendo sobre la espalda del empleado al que la comunidad acusa de vago, pero la realidad es que no cuenta con las mínimas condiciones para atender las necesidades de la comunidad
Ante esta situación llama la atención el silencio del Suoem San Francisco, quienes en anteriores gestiones ante situaciones de menor envergadura a la que sufren los trabajadores en la actualidad presentaban denuncias ante el Ministerio de Trabajo, «Deberían por lo menos salir los sindicatos a denunciar la falta de herramientas para trabajar, ni hablar de elementos y medidas de seguridad como consecuencia del evidente deterioro de las maquinas» expusieron los trabajadores.