Festival de Rafaela Sub sede Suardi

Tres días de muy buenos espectáculos, fue el saldo que dejó en Suardi esta 18 edición del festival rafaelino. El viernes 28, una obra circense, en la plaza, para todo público, especialmente, infantil: «Casibache», traída por un grupo de La Plata. Son sus autores: De Cam B. Mosuar y Gerónimo Waldemar Forte. El sábado 29, «Los Santos», y el domingo 30, «Shamrock».
«Los Santos»
(De Claudio Inferno y Eleazar Fanjul)
El programa lo presentaba como «circo teatro», es decir que la obra corresponde a lo que se ha dado en llamar teatro posdramático porque desaparece la palabra, solo quedan los elementos puro de la teatralidad. Los actores se expresan con gestos exagerados, movimientos, habilidades circenses, algún que otro sonido, ya sea música o ruidos que provocan reacciones actorales. Aquí hay un predominio absoluto del teatro físico y el teatro de objetos, con copas y vasos que sirven para los malabares.
Durante una hora, entretienen, pero también dejan un mensaje. Son dos personajes grotescos y miserables, un hombre y otro travestido en mujer, habitantes de un mundo sórdido, que llevan una vida existencialista, casi despiadada, sin objetivos, en donde la violencia de género y el predomino del patriarcado no está ausente; provocan risa , aunque, más que risa, el espectador esboza una grotesca mueca sarcástica.
La escenografía bien minimalista, solamente una mesa y dos sillas, los escasos objetos que sirven para sus malabares, copas y botellas, más el inteligente manejo de la iluminación y los sonidos, ayudan a crear esa atmósfera de abandono, en donde la degradación humana sólo provoca una risa forzada y dolorosa.
Excelente puesta que nos muestra el abanico de diferentes tipos de teatro que domina los escenarios del mundo en la actualidad.
«Shamrock»
(De Brenda Howlin)
Una obra también planteada con los recursos de las innovaciones teatrales, pero en este caso los diálogos en verso, muy ocurrentes y simples, casi ingenuos, divierten gratamente.
Temporalmente ubicada a principios del siglo pasado, época de gran inmigración europea, cuando las familias acordaban casamientos por correspondencia y mandaban a sus hijos o hijas solos, para casarse y tener una vida mejor. Mary llega de Irlanda con ese propósito, pero Dido, supuestamente su futuro esposo, no está esperándola en el puerto. Allí conoce a Patrick, otro irlandés que también ha venido a labrarse un futuro promisorio, se cuentan sus cuitas. Patrick conoce a Dido, un oportunista y charlatán que la engaña porque está de novio con Rita, una atrevida criolla que se las trae. Enterada de todo esto, Mary, inteligente y decidida, no se amedrenta y actúa.
Entre un decorado elemental, dos estructuras movibles que representan entradas de confiterías porteñas como el Café Tortoni, por ejemplo, se mueven los actores, desarrollando sus diálogos vivaces, con rima y divertidos. La excelente preparación física y el manejo de la voz, imitando a extranjeros que intentan hablar en castellano, le dan un inusitado dinamismo a las escenas, varias, separadas simplemente con brevísimos cortes de luz.
Detalles muy importantes, que hacen a la lograda estética de la puesta, son los gestos y movimientos de los personajes que remedan el expresionismo de las actrices y actores de las películas mudas, otro preciso toque de época, así como los desplazamientos casi coreográficos y estudiados en el escenario, juegos de magia y ocurrencias que producen incongruencia temporal, como hablar del WIFI, todo esto convierte a la obra en un juego hilarante, y hacen que los 70 minutos, vuelen.
«Shamrock», excelente comedia de este grupo de Buenos Aires. Brilló como digno cierre de esta nueva edición del Festival de Teatro Rafaela, subsede Suardi.