Recuperando memorias: la historia del “taller” salesiano que contuvo a hijos de desaparecidos

Se trató de una experiencia colectiva que tuvo lugar en una Casa Salesiana, en el barrio porteño de Parque Avellaneda. Allí se fueron forjando herramientas para contener a decenas de niños, niñas y adolescentes que eran víctimas del terrorismo de Estado.

Sociedad28/07/2023 Juli Ortíz
recuperando-memorias

Hace 45 años, en plena dictadura cívico militar, comenzaron a realizarse en el Instituto Nuestra Señora de los Remedios, en el barrio porteño de Parque Avellaneda, las reuniones que terminaron gestando el “Taller de apoyo a familias afectadas por la represión y la tortura”, una iniciativa que encabezó el párroco del lugar, el cura salesiano Mario Leonfati.

“Era lindo llegar a un lugar y encontrarnos con los chicos los sábados, sobre todo cuando éramos más chiquitos” porque “el sentido era jugar y después fue cobrando otras aristas de compartir historias y emociones”, rememora Julieta Risso, hija de Norma Puerto de Risso y Daniel Risso, ambos desaparecidos, y una de las por entonces niñas que participan del taller.

Aquella fue una experiencia colectiva que encontró en esa Casa Salesiana, de la mano del padre Mario, como lo llamaban en el barrio, el espacio necesario en el que talleristas, vecinos, feligreses y profesionales fueron forjando las herramientas para contener a decenas de niños, niñas y adolescentes que eran víctimas del terrorismo de Estado, en muchos casos, testigos de cómo el régimen cívico militar secuestró a sus padres o a familiares.

Mirta Guarino, jueza de Garantías del Joven del departamento judicial de Moreno, ex tallerista en aquellos años y de extensa actividad como abogada defensora de los derechos humanos, recuerda que “el taller se empezó a gestar en 1978, como ayuda escolar a los chicos y las chicas; no había otro sueño” y destaca que “quererlos y demostrárselo” fue el “objetivo general” de la obra impulsada por el salesiano.

El padre Leonfati fue uno de los fundadores del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, junto a los obispos metodistas Federico Pagura y Aldo Etchegoyen, el rabino Marshall Meyer, el obispo católico Jorge Novak, entre otros. La labor pastoral y social que impulsó desde su parroquia se encuadró en esa lucha.

Al cumplirse 40 años de la recuperación de la democracia, un informe especial realizado por el equipo de Video de la agencia Télam registró una historia, como tantas otras que se repitieron entonces a lo largo del país, signada por el amor, el compromiso y la entrega de un puñado de personas.

Es la historia de quienes, en los años más oscuros de Argentina reciente, brindaron mucho más que horas de apoyo escolar a las infancias que sufrieron el horror de la dictadura, en tiempos en que con las familias rotas por la tragedia, con escuelas que no estaban preparadas para contener y darle cobertura a los más pequeños que llegaban al taller con esas primeras preguntas que no tenía respuesta posible: “¿Dónde está mi papá? ¿Dónde están?”.

Julieta Risso y Laura Soto, hija de Delfor Santos Soto, desaparecido, dan testimonio ante Télam de aquellos años en los que -recuerdan- “éramos chicos tristes que nos sentíamos solos”.

En el taller encontraron a pares con quienes poder compartir lo que vivían y el horror cotidiano no se mencionaba en cualquier ámbito. “Porque nuestras familias nos decían que no podíamos hablar de esto porque todavía estábamos en una situación de peligro”, remarca Soto.

“Fue un espacio de recreación en un momento en el que no podíamos salir a la calle por cuestiones de cuidado, tampoco visitábamos familias para protegernos a nosotros y a ellos”, describe Laura.

En tanto, Guarino señala que muchos de los niños y las niñas fueron “testigos de la ruptura del vínculo y del acometimiento criminal de una banda que llegaba y se llevaba al padre, a la madre o a ambos”.

Para Laura, “en esa vorágine en la cual nuestras familias estaban sumidas buscando a los desaparecidos, yendo a los lugares, a los cuarteles, a los juzgados, y que tenía a nuestras madres y demás familiares muy enloquecidos con todo esto que pasaba, había poco tiempo, poco espacio para que nosotros atravesáramos una infancia, una adolescencia, con gente que se ocupara de nuestras necesidades”.

El licenciado en Psicología Gabriel De Menech, quien fue parte de la experiencia, observa que “en aquel momento ninguno de los profesionales teníamos textos para leer, las consultas con los profesionales de renombre no habían aportado mayores elementos teóricos, digo yo, un profesional que recién me había recibido, pero que tenía dentro del equipo compañeros con años de recibidos, buscando con qué herramientas de las tradicionales uno podía enfrentar esta problemática para comprender algo de lo que se estaba poniendo en juego ahí”.

Se trataba de trabajar, recuerda De Menech, sobre aquellos elementos que requiere un niño para el crecimiento de su subjetividad y que “ese interrogante que atravesaba y ponía en crisis a la familia no fuera lo único que primaba en su vida”, en infancias que iban de los 3 o 4 años a adolescentes de 15.

Hubo sábados en que participaron unas 120 personas que colmaban tres micros en sus salidas de excursión: “Yo conocí el mar, los campamentos, son de los recuerdos más lindos que tengo de mi infancia”, rememora Julieta.

“Se formó una familia en el sentido en que los lazos que se empezaron a tejer fueron desde el amor, como nos había propuesto Mario y como también nosotros lo pensábamos porque somos parte de una generación que creía que la verdadera revolución es la revolución del amor, pero no como algo rosa o de novela, porque a veces implica dar la vida”, dice Guarino.

Laura recuerda el día en que llegó al taller en la parroquia de Nuestra Señora de Remedios y ese hombre flaco -el cura que nunca les exigió participar de los confesionarios o en las misas- se agachó, la abrazó y le dio la bienvenida.

“A Mario -dice- le reconozco la sensibilidad que tuvo para entender que éramos chicos tristes que nos sentíamos solos y él fue muy respetuoso con eso”.

El taller de apoyo a familias afectadas por la represión y la tortura “fue el germen para organizarse. Al punto que hasta el día de hoy cada 24 de marzo seguimos marchando juntos, porque naturalmente sentimos que nos tenemos que acompañar”, señala Laura, mientras que Julieta, sentada a su lado en el mismo patio del colegio en el que compartieron más de cuatro décadas atrás largas y en algo reparadoras horas durante su infancia, sostiene que haber “encontrar que alguien se estaba ocupando de nosotros y que nos dejaban jugar, y si hacíamos lio estaba todo bien” hace que sea “imposible no recordar con alegría, todos los lugares acá traen recuerdos lindos”.

Te puede interesar
Femicidio

La violencia machista no da tregua

Redacción Regionalisimo
Sociedad17/10/2025

Los femicidios en Bahía Blanca, Rosario y Entre Ríos le quitaron la vida a Daiana Mendieta, Adriana Miriam Velázquez y Mariana Belén Bustos y recientemente en Córdoba a Luna Giardina. Según Mumalá, entre enero y septiembre se comieron 182 femicidios.

Mackentor

Hoy se presenta el libro del caso Mackentor: Cuenta entre otros el robo del acueducto Villa María-San Francisco

Redacción Regionalisimo
Sociedad14/10/2025

En otras cosas cuenta cómo Supercemento de los Macri, a través de la dictadura, se apodera de la obra del segundo acueducto Villa María-San Francisco y con una fábrica de caños perteneciente a Mackentor. Se presenta hoy martes 14 de octubre, a las 18 horas, en la sala Regino Maders de la Legislatura Histórica de Córdoba (Deán Funes 94, Córdoba Capital),

la-isabelina-vicentin-trata-laboral-1

Dueños de Vicentin, tenían 31 trabajadores en condiciones infrahumanas en sus campos

Redacción Regionalisimo
Sociedad23/09/2025

Es el establecimiento La Isabelina, en la localidad de Pozo Borrado, en el norte santafesino y sobre el límite con Santiago del Estero. Los apellidos Padoan y Vicentin figuran en esa sociedad. Operativos a principios de septiembre comprobaron que 31 personas, entre ellas dos menores, vivían en precarias carpas sin servicios. Trabajaban 10 horas de lunes a lunes y les pagaban $300 mil por quincena

Lo más visto
la macro

La Macro:  el nombre de la bestia

Por Alfredo Grande
Opiniones17/10/2025

Antes se decía que los planes de ajuste no cerraban sin represión. Hoy no cierran sin genocidio. Y frente al genocidio, el código penal se archiva.  La planificación del genocidio es cruel y la Macro es crueldad. El código penal es para delitos de personas, no de Estados. Y la MACRO está apalancada en los Estados.

Vignaud cancer

Vignaud se pinta de rosa todo el mes

Redacción Regionalisimo
Regionales17/10/2025

Con el propósito de recordar la importancia de la detección temprana del cáncer de mama a través de un simple control concretan la iluminación de rosa de los distintos edificios públicos de la localidad, bajo la consigna «cuidarnos es querernos».

Milagros hacen las doñas

Milagros hacen las doñas

Por Silvana Melo
Opiniones18/10/2025

El presidente y su banda en el Movistar Arena. De qué milagro hablará el presidente en el libro que presentó en el Movistar Arena. Cantando con su banda. Milagro hacen las doñas en los barrios cuando les quitaron los alimentos en los comedores. Y los pibes para sobrevivir. Y este país hermoso que sufre medio siglo de demolición constante.

Suscríbete gratis al Boletín Informativo para recibir periódicamente las novedades